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Los 'indignados' del 15-M protestan contra la prima de riesgo sin saber qué es

El movimiento señala en un comunicado que "la prima de riesgo es un símbolo", un "termómetro mítico" que "casi nadie entiende del todo".

Unos 400 indignados, pertenecientes al denominado movimiento 15-M, se manifestaron el miércoles por la tarde en la Puerta del Sol con cacerolas en señal de protesta contra la prima de riesgo. El citado movimiento ya había anunciado algún tipo de protesta en el momento en el que la prima de riesgo superara los 500 puntos básicos, umbral histórico que fue alcanzado durante la sesión de ayer.

La prima de riesgo mide el diferencial entre la rentabilidad del bono español a 10 años y la del bono alemán del mismo plazo -la deuda pública germana es referencia en Europa por ser la más segura y fiable-, y refleja la percepción que tienen los inversores acerca de la solvencia o no del Reino de España. Si la prima sube eso significa que el mercado desconfía de que el Estado español pueda hacer frente a sus pagos y, por ello, exige una mayor rentabilidad para adquirir bonos -el Gobierno tiene que pagar un tipo de interés más alto para conseguir nuevos préstamos-.

Sin embargo, pese a que la prima de riesgo se ha convertido en un concepto ya habitual en España, el 15-M parece desconocer su significado. Al menos, así se desprende de uno de sus comunicados oficiales al respecto, cuya reproducción íntegra se muestra a continuación:

La prima de riesgo es un símbolo: un termómetro mítico que mide el nivel del expolio que se está llevando a cabo sobre nuestras vidas. Casi nadie entiende del todo cómo funciona, pero cuando sube, los especuladores financieros atacan. Acto seguido, el Gobierno pretende generar "nueva confianza" en los mercados y recorta más derechos y más riqueza a las personas. La presión sobre la economía soberana se traslada del campo financiero al campo público y de ahí directamente a ti, a mí, a todas las personas.

Así que mientras la prima sube, nuestros derechos bajan. Y cuando eso sucede nos entra miedo, inquietud, angustia, sensación de impotencia: perdemos confianza. Pero este año hemos aprendido que esa sensación sólo la podemos combatir estando juntas, tomando las calles pacíficamente y convirtiendo esa angustia en potencia colectiva para bloquear la dinámica de expolio: en confianza de la buena, sobre la que se construye el buen vivir.

Ya lo avisamos: si la prima llegaba a 500 volveríamos a las plazas. Y no es exactamente un desafío, es que sólo desde aquí podemos actuar de manera afirmativa, libre, creativa. Porque cuando la prima de riesgo sube, también sube nuestra rabia. Y no queremos, no podemos permitir que esa rabia se convierta en guerra, que es lo que quiere el poder: convertirnos en un bando, en el "enemigo", militarizar la sociedad y que la prima de riesgo mande.

A todo esto decimos que no. Que no mandan. Que no aceptamos el expolio ni la imposición de un escenario de guerra: que no nos dejamos llevar por la desesperación. ¡No! Hemos vuelto a las plazas. Así creamos confianza, porque confiamos en nosotras. Resistimos juntas.

Ahora que la prima ha roto la barrera de los 500, nosotras rompemos la barrera del silencio y volvemos a la plaza con nuestras cacerolas. Mucho mejor juntarnos en Sol, pero, si no puedes, ve a tu plaza más cercana. Tomamos el espacio público para que nos oigan, ya que no nos quieren escuchar. Dejamos muy claro que estamos hartas y no vamos a seguir soportándolo. Desobedecemos. No nos encerramos. Bloqueamos el expolio, reforzamos nuestra confianza y mostramos, al fin, que hay otros caminos y que estamos juntas.

En la asamblea de Sol del 14 de mayo se consensuó volver a reunirnos en la plaza cuando llegara este día.

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