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Consejos prácticos

Cómo evitar que nuestra tarjeta de crédito nos arruine

Un consumidor medio puede tener hasta siete tarjetas de crédito, de las cuales sólo hará uso de una o dos.

Un consumidor medio puede tener en su cartera hasta siete tarjetas de crédito, de las cuales sólo hará uso de una o dos. Nadie discute que las tarjetas crédito son una herramienta que no puede faltar en nuestro bolsillo, ya que hoy en día la mayoría de las operaciones de pago se hacen a través de este medio, ya sea en una tienda convencional o a través de la web.

Desde mediados de los años 50 se empezaron a utilizar las tarjetas de crédito en Estados Unidos, aunque no fue hasta los años 90 cuando empezó a notarse el gran crecimiento de este medio de pago. Las tarjetas de crédito son una herramienta muy útil que permitió dejar atrás el efectivo, además de permitirnos acceder de forma fácil a una compra en cuotas. Si a esto le sumamos que cada vez es una herramienta más segura y accesible, las tarjetas de crédito se convierten así en el medio más fácil y conveniente para comprar.

Pero, cuidado, para que todas estas ventajas no se vuelvan contra nosotros, debemos seguir algunos consejos y recomendaciones de uso. Utilizadas con inteligencia podemos sacarles el máximo provecho.

Si vas a contratar una tarjeta de crédito, hazte estas preguntas: limita el uso y el número de tarjetas de crédito; emplea sólo las necesarias para tus compras; gasta con sentido común y mantén al día los pagos correspondientes con tu tarjeta.

Éstas son algunas recomendaciones básicas de uso, a las que debes de sumarle algunos aspectos más:

1. ¿Necesito realmente la tarjeta?, ¿cuál va a ser su uso?: los expertos recomiendan tener sólo dos tarjetas en nuestra cartera, una para gastos corrientes y otra para importes más altos o emergencias. Si vas a contratar una tercera, analiza bien para qué la necesitas o si esta supondrá un coste de mantenimiento que no te saldrá rentable a largo plazo.

2. ¿Qué gastos voy a asumir con mi tarjeta de crédito?: preferiblemente buscar tarjetas con "0" gastos en comisiones, gastos de mantenimiento y posibles penalizaciones. La oferta bancaria está repleta de tarjetas de crédito, no elijas justamente aquella que te salga más cara al bolsillo.

3. ¿Voy a retirar dinero de cajeros?: mala decisión si vas a escoger una tarjeta de crédito para luego retirar dinero en efectivo en cajeros con ella. Esta función la cubre, y de manera gratuita, las tarjetas de débito.

4. ¿Tengo las mejores condiciones de contratación?: asegúrate que el tipo de interés que aplica tu tarjeta de crédito a los adelantos y los plazos de devolución de estos importes sean los más flexibles y cómodos posibles y que las comisiones sean las más bajas o, mejor aún, inexistentes.

5. ¿Hay cláusulas o gastos 'escondidos'?: consulta todos los puntos del contrato, pregunta a la entidad o pídele consejo a un conocido o familiar con conocimientos de productos bancarios para saber si el contrato cuenta con cláusulas ocultas en las que se escondan cambios de las condiciones, utilización o importes mínimos, vinculaciones a otros productos financieros, comisiones aplicables pasada un tiempo promocional, etc.

Conclusión

Las tarjetas de crédito son una herramienta útil si se sabe usar, peligrosa si se maneja de forma inadecuada. Por tanto, como en cualquier otro producto financiero, aprendamos a utilizarlo antes de encontrarnos con los problemas de un mal uso.

Pinche en la tabla para acceder a las mejores tarjetas

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