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José García Domínguez

Metáforas y leyendas

Hasta el jefe de la oposición en el Bundestag, Sigmar Gabriel, repudia semejante falacia. "Es falso presentar permanentemente a Alemania como el pagador de la Unión Europea: no somos un pagador neto, sino un ganador neto".

Poco, muy poco se ha denunciado el inmenso daño que la mala poesía puede causar al Producto Interior Bruto. Así, las metáforas torpes, como esa tan repetida y tan falaz, la que quiere equiparar el buen funcionamiento de una economía nacional al recto proceder de una familia. Peregrina quimera que desconoce la gran paradoja de la lógica social. Y es que la economía de un país próspero no se parece en nada a la de un hogar bien administrado. Absolutamente en nada. El todo, contra lo que presumen esos líricos de ocasión, en modo alguno resulta igual a la suma de las partes. De ahí que conductas encomiables desde el punto de vista individual devengan susceptibles de provocar un desastre en caso de ser imitadas por el conjunto.

Por ejemplo, el ahorro intensivo, gran virtud en las personas consideradas de forma aislada y, al tiempo, un suicidio para la colectividad si familias, empresas y Estado decidiesen practicarlo de forma simultánea. Y ello por la muy prosaica razón de que mi gasto es tu ingreso y mi ingreso es tu gasto. Ergo, si todos decidimos dejar de gastar a la vez, ninguno de nosotros ingresará nada. Nada de nada. He ahí la causa última de que, sin prisas pero sin pausas, las políticas de austeridad estén llevando a sus víctimas a la ruina. Pero no acaban en eso los estragos macroeconómicos de la literatura de baratillo. Porque la épica de falsete está causando más daños aún que la lírica bufa.

Repárese, si no, en la leyenda que retrata a la pobre Alemania como víctima de los malhadados piigs, esos vagos del sur. Cuento chino que en España, por algo patria del esperpento, suma casi más defensores que en Berlín. Vaya usted a explicarles a los nietos hispanos de Tío Tom que hasta el jefe de la oposición en el Bundestag, Sigmar Gabriel, repudia semejante falacia. "Es falso presentar permanentemente a Alemania como el pagador de la Unión Europea: no somos un pagador neto, sino un ganador neto. Acabe ya con toda esa tontería de la Unión de transferencias", viene de espetarle a Merkel para atónita consternación de nuestros cipayos, tan preocupados siempre por el sufrido contribuyente germano. ¿La poesía un arma cargada de futuro? ¡Ja!

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