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Las claves

Diez consejos prácticos para elegir un depósito a plazo

Es la opción más interesante para ese pequeño dinero que tenemos ahorrado en la cuenta bancaria.

Es la opción más interesante para ese pequeño dinero que tenemos ahorrado en la cuenta bancaria y que solo, por sí mismo, no nos está generando ninguna ganancia. Aunque sea el producto de ahorro más habitual para el usuario medio de banca, todavía son muchas las personas que desconfían al contratarlo porque desconocen qué beneficios van a obtener y si estará a la altura de sus expectativas con respecto a la seguridad de sus ahorros.

He aquí algunas cuestiones prácticas que debes valorar antes de elegir un depósito bancario:

1. El importe: ¿de cuánto dinero dispones? Esto marcará el tipo de depósito que quieres contratar, pero a grandes rasgos no vas a tener problema para encontrar el depósito que se adapte a tus posibilidades de ahorro, ya que los importes mínimos suelen ir desde los 1.000 hasta los 100.000 euros.

2. El plazo: ¿por cuánto tiempo quieres mantener tu ahorro en la entidad? En el mercado de depósitos bancarios puedes encontrar una gran variedad de opciones de plazos, desde los 3 meses hasta los 5 años. Si es un depósito flexible, es decir, no tiene penalización por retirada parcial o total de importes, entonces no debes preocuparte.

3. La rentabilidad: aunque no siempre es así, a mayor plazo, mayor será la rentabilidad del depósito. No es un factor decisivo, pero sí es importante. Si tu situación personal o económica no te permite mantener tu dinero en un depósito a un año, busca una opción por menor tiempo aunque tengas que renunciar a una mayor rentabilidad. Vigila el abono de intereses (mensual, trimestral o a vencimiento) para saber realmente qué rentabilidad final te ofrece el depósito.

4. Seguridad: éste es un punto importante, tanto en los depósitos como en cualquier producto bancario. Valora qué cuentas y depósitos tienen sus importes cubiertos por el Fondo de Garantía de Depósitos, de modo que si se diera la circunstancia en la que la entidad bancaria donde tienes tu depósito se declarase en quiebra, todos los depósitos que tengas en dicha entidad como titular, hasta 100.000 euros, estarán protegidos. Si quieres más tranquilidad, ten la precaución de contratar tu depósito en una entidad solvente.

5. Importes máximos: en relación al punto anterior, no es recomendable invertir más de 100.000 euros en un depósito. Si quieres, puedes dividir 120.000 euros en dos entidades, así tu dinero estará más seguro.

6. Varios titulares: ¿compartes el depósito en pareja? Perfecto, no te preocupes por la cobertura del depósito, ya que el FGD garantiza 100.000 euros por entidad y titular.

7. Gastos relacionados: vigila la letra pequeña del depósito. No contrates un depósito de buena rentabilidad si más de la mitad se va directo a sufragar los gastos de la cuenta corriente asociada y sus comisiones por mantenimiento y otras operaciones.

8. Productos vinculados: valora si resulta interesante contratar un producto de la misma entidad para ganar algo más de rentabilidad. Imagínate que aumentan un 0,5% el T.A.E. si contratas una cuenta nómina. Hazte las siguientes cuestiones: ¿qué beneficios te dará esa cuenta nómina?, ¿tiene algún tipo de gasto?, ¿ofrece algo mejor el mercado o de sus mismas características?

9. ¿Plus de ahorro?: los depósitos bancarios tienen asociados una cuenta corriente en donde se abonan los intereses, pero, ¿has pensado en contratar una cuenta remunerada? Estaremos consiguiendo entre un 2 y un 3 por ciento más durante los 4 ó los 6 primeros meses de vida de la cuenta.

10. Comparar: para hacerlo más fácil, utiliza un comparador e introduce el importe mínimo del que dispones, de manera automática sólo te aparecerán las entidades que cuentan con productos con un importe mínimo que se ajusta a tus necesidades. Éste será el momento de analizar e ir descartando opciones hasta quedarte con la definitiva.

Pinche en la imagen para comparar los depósitos más rentables

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