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Carlos Rodríguez Braun

Economía y 'glamour'

Echanove confiesa que no estudió nada y se la pasó bebiendo botellines... y después se queja de que la gente piense que los actores son vagos y bebedores.

Echanove confiesa que no estudió nada y se la pasó bebiendo botellines... y después se queja de que la gente piense que los actores son vagos y bebedores.

Ariadne Artiles, la modelo española más internacional, declaró al "Magazine" de El Mundo:

Los ricos son cada vez más ricos y los pobres, aún más pobres. Y las ayudas siguen siendo para los ricos. Vivo en un mundo que no comparto y no puedo entender, y sufro y me siento impotente por no poder hacer nada al respecto.

Primero, los pobres no son cada vez más pobres. En las últimas décadas la pobreza, el hambre, la miseria y la enfermedad, a pesar de las constantes jeremiadas sobre su empeoramiento, no han empeorado. En segundo lugar, si los ricos son cada vez más ricos, no hay razón alguna para lamentarlo, salvo que lo hagan a expensas de los pobres, algo que solo puede suceder fuera del mercado, es decir, mediante la intervención política. La propia señora Artiles es una mujer rica, y no creo que ella piense que su enriquecimiento se ha debido al empobrecimiento ajeno, porque no ha habido en ese enriquecimiento intervención política apreciable. Esa misma intervención, por cierto, es la que se encarga de ayudar a los bancos, crítica implícita en la frase de doña Ariadne.

Es muy loable que la modelo admita que no entiende el mundo: mucho mejor nos iría si lo admitieran muchos economistas, políticos e intelectuales arrogantes que creen que saben cómo organizar nuestra vida quitándonos la libertad y el dinero. Menos loable es que diga que no puede hacer nada ante los problemas del mundo. Esto es absurdo: todos podemos hacer algo para ayudar al prójimo. Es más, todo lo hacemos, y estoy seguro de que la propia señora Artiles lo hace.

También en El Mundo leí una entrevista al actor Juan Echanove. Me pareció enternecedor, porque primero confiesa que en la facultad no estudió nada y se la pasó bebiendo botellines... y después se queja de que la gente piense que los actores son vagos y bebedores. Pero observó además algo interesante sobre economía:

Si hay algo que odio es a estas agencias de calificación que son corresponsables de la crisis. Encima hay que pagarles para que lo digan.

Eso de que las agencias de calificación sean señaladas como corresponsables es típico del pensamiento único, que prefiere apuntar hacia lo que suene a más privado o más capitalista o más vinculado al mercado. Es evidente que la responsabilidad de esas agencias empalidece frente a la de los bancos centrales, por ejemplo. Pero el señor Echanove da una pista importante, quizá inadvertidamente, cuando subraya: "Hay que pagarles".

En efecto, hay que pagarles, pero no porque formen parte de unos contratos voluntarios característicos de la economía de mercado. Eso no. Hay que pagarles porque las autoridades, las mismas que establecen las agencias que pueden actuar, imponen a quienes usan sus servicios la obligación de contratarlas. Esto, por cierto, no era así en un principio, ni tiene por qué serlo necesariamente. En una economía libre las agencias serían libremente contratadas por los interesados en destacar la calidad de los activos ofrecidos. Esta libertad también existía en el mundo de la auditoría, pero, otra vez, fueron las autoridades las que impusieron la obligación de que las empresas se auditen. El papel de la intervención, su carácter contingente, y sus graves y onerosas consecuencias, no suele ser subrayado ni siquiera por bastantes economistas, con lo cual no sería justo cargar demasiado las tintas sobre el señor Echanove.

En Libre Mercado

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