Contar con un presupuesto mensual nos permitirá saber en qué se nos va el dinero, nos ayudará a controlar gastos y, con el hábito adecuado, lograremos evitar, e incluso eliminar, las deudas que nos oprimen.
No nos libraremos de las deudas hasta que logremos ahorrar. Y no ahorraremos sin un buen presupuesto mensual. Es la eterna pescadilla que se muerde la cola pero, aunque la situación parezca insostenible, se puede salir de ella con una buena dosis de tesón, sacrificio y esperanza.
No existe el "plan maestro" porque cada familia tiene sus necesidades y sus particularidades. Lo importante es sentarse con mente abierta, hacer cuentas e idear un plan de gastos esencial, flexible pero que no nos desvíe de nuestro objetivo principal.
¡Socorro! ¡Estoy endeudado!
A veces resulta casi inevitable endeudarse hoy en día. La mayoría de las familias realizan compras con tarjeta de crédito y que las tiendas le financian para poder pagar más tarde o en cómodos plazos. El endeudamiento en sí no es una práctica negativa, pero resulta perjudicial cuando se abusa de ella.
En el momento en el que conseguimos ahorrar lo suficiente para conseguir nuestras metas financieras, contar con algunos gastos fijos mensuales no se tornará angustioso e insostenible, la clave está en conocer dónde está nuestro límite.
¿Cómo sabemos hasta cuánto podremos endeudarnos? Aunque algunos expertos alertan de que nuestra situación financiera puede estar en peligro cuando los pagos mensuales destinados a pagar deudas exceden el 40%, lo mejor es tomar una base más práctica y real. El Banco de España dispone de una útil herramienta para calcular el nivel de endeudamiento.
Por ejemplo, para una persona de 35 años con unos ingresos mensuales de 1000 euros y un importe mensual de deudas de 250 euros (sin contar la hipoteca), su nivel de endeudamiento sería del 25%, un nivel en el que podríamos tener problemas, ya que los datos nos indicarían que tenemos un exceso de endeudamiento que pondría en peligro la seguridad financiera.
Con independencia de la proporción que representen nuestras deudas, aún sin utilizar ninguna herramienta como la mencionada anteriormente, podremos detectar si nuestra economía muestra dificultades cuando presentamos ciertos "síntomas":
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Tenemos que pedir un crédito o préstamo personal para pagar una deuda pendiente o, peor aún, para pagar un crédito anterior.
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No conseguimos ahorrar, ni siquiera el 10% de nuestros ingresos, ni contamos con un "colchón" financiero para contratiempos.
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Tenemos tantas deudas que no podemos llevar la cuenta.
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Recibimos avisos de empresas o de entidades financieras debido al atraso de los pagos.
Si a estos síntomas se le suma que llegar a fin de mes se convierte en una carrera de fondo imposible de terminar, sin duda nos encontramos ante una clara situación de endeudamiento. Salir de ella será difícil y costoso pero, ante todo, es importante que prestemos atención a los gastos diarios que realicemos e intentar quitarnos de encima las deudas más peligrosas o en las que nos graven más intereses, pero nunca solicitando nuevos créditos.
Un buen presupuesto o plan de gastos
Planificar el gasto debe ser el primer paso de un buen presupuesto mensual. Nos iremos liberando del endeudamiento cuando cancelemos tarjetas de crédito en la que paguemos altos intereses, eliminemos gastos no esenciales y realicemos un presupuesto o plan de gastos para calcular, de lo que ganamos al mes, cuánto podemos gastar.
El eliminar gastos superfluos no aumentará nuestros ingresos, pero mantendrá nuestras finanzas bajo control. Si queremos ganar más, podremos encontrar una actividad que nos aporte dinero extra y en la que nos sintamos realizados: desde escribir, a dar clases particulares, trabajar de manera independiente... Buscar nuevas oportunidades también nos enriquecerá de manera personal y nos estimulará durante esa etapa con problemas.
En cuanto se pueda lograr un pequeño ahorro, se debe establecer un fondo de emergencia, una cantidad de dinero que siempre estará disponible si surge cualquier imprevisto. Si se planifica bien y se establecen objetivos concretos, en poco tiempo se logrará equilibrar la balanza en la economía familiar.
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