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Los depósitos, el gancho

Cambiarse de banco sin complicarse la vida

Cambiar de banco no es que no sea complicado, sino que puede ser hasta bastante rentable.

Cambiar de banco no es que no sea complicado, sino que puede ser hasta bastante rentable.

Actualmente existen numerosas promociones que incitan a cambiar de entidad financiera. Que no cobren comisiones, cuentas remuneradas y modernos regalos tecnológicos suelen ser atractivos destinados a atraer la atención del cliente. Y, a pesar de lo que pueda parecer, cambiarse de banco no es tan difícil.

Cambiar de banco no es que no sea complicado, sino que puede ser hasta bastante rentable. Muchas veces la decisión es difícil de tomar debido a motivos de fidelidad con la entidad en cuestión o por simple pereza, aunque el servicio resulte deficiente o no cumpla del todo las expectativas del cliente. Sin embargo, hay que tener en cuenta algunos aspectos antes de resolver el traslado.

Para elegir bien es necesario buscar información y compararla. Apoyarse en Internet es un buen comienzo para conocer qué ofrece el mercado. También es importante fijarse en las ofertas y el tiempo de duración de las mismas. Muchas veces las condiciones son ventajosas, pero solo duran un determinado periodo de tiempo. Otros asuntos a considerar son la proximidad de las sucursales al domicilio o al trabajo, la disponibilidad de cajeros, los servicios de banca online que ofrecen,... y cuáles son las comisiones aplicables (si las tiene) y los tipos de interés.

¿De qué tareas se encargará la entidad a la hora de realizar el cambio y cuáles son las obligaciones del cliente, tras abrir una cuenta nueva?

  • De lo que se encarga el banco:

Una vez tomada la decisión, la nueva entidad se suele hacer cargo de los trámites que haya que realizar. El cliente debe ocuparse de cambiar las domiciliaciones de los recibos y de la nómina o pensión, aunque también lo puede ejecutar el nuevo banco, así como comunicar a la otra entidad los cambios efectuados.

  • De lo que se encarga el cliente:

Lo que sí tiene que hacer el usuario es anular todas las tarjetas que tuviera contratadas y cancelar la cuenta, para lo que procederá a la retirada del saldo en efectivo, cheque o transferencia.

Algo que recomiendan los expertos es esperar un tiempo prudencial antes de cancelar la cuenta. Lo ideal es operar con ambas hasta asegurarse de que los recibos y la nómina han sido domiciliados correctamente en la nueva entidad.

Ventajas de la subrogación de la hipoteca

Una de las razones más frecuentes para cambiar de banco es la posibilidad de librarse de los gastos excesivos, cláusulas de suelo, elevados intereses y comisiones de la hipoteca, así como de la obligación de contratar productos asociados. No obstante, antes de irse a otra entidad, conviene negociar con el banco habitual las condiciones que le serán aplicadas. Puede llevarse una agradable sorpresa.

Los depósitos rentables, el gancho

Es frecuente que las entidades financieras usen como reclamo determinados productos, para después intentar captar el resto de operativa del cliente.

En los años de boom inmobiliario eran los préstamos hipotecarios los que cumplían esta función, ofreciendo tipos de interés tan bajos que el banco perdía, pero acababa recuperando el dinero mediante los seguros asociados y resto de productos contratados.

En un momento de sequía crediticia, los depósitos a plazo más o menos rentables (ya se ha encargado el Banco de España de limitar la remuneración al ahorrador) son una forma de captar pasivo y clientes, intentando después convencer al ahorrador de las bondades de su banco para atraerlo de forma más global.

Lo primero que hay que saber es que no se nos pueden cobrar comisiones de mantenimiento de la cuenta corriente asociada, si solo la utilizamos para cobrar los intereses del depósito. Por otra parte, valoremos el servicio del banco durante el plazo del depósito, para hacernos una idea de si vale o no la pena hacernos cliente más vinculado.

Tarjetas de crédito y préstamos, no siempre es necesario cambiar de banco

Si necesitamos tener disponible crédito en algún momento, por ejemplo mediante una tarjeta de crédito, lo primero es solicitarla a nuestra entidad habitual. En caso de recibir un no por respuesta, podemos plantearnos cambiar de banco, pero también hay otras opciones. Hay entidades financieras especializadas en conceder tarjetas de crédito sin necesidad de abrir cuenta alguna, cobrando mediante recibos en nuestra cuenta habitual. Las tarjetas de crédito sin cambiar de banco son ofrecidas por varias entidades, tales como Citibank u Obsidiana, entre otras.

Si lo que necesitamos es un préstamo o crédito, podemos acudir a diferentes bancos y presentar la documentación económica para que estudien la concesión. Desgraciadamente, la mayoría nos lo denegará si no llevamos tiempo en la entidad. Si las cantidades no son demasiado elevadas, la opción de solicitar un crédito rápido sin cambiar de banco puede ser muy interesante, pese a que los intereses que nos cobran sean más altos; probablemente Cofidis sea uno de los más conocidos del mercado, si bien hay otros como BigBank, por ejemplo.

Haga click en la imagen para analizar la oferta de productos bancarios actual

 

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