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Javier Monzón confía en el Rey para repeler el ataque del Gobierno

El presidente de Indra, que acaba de garantizarse un blindaje millonario, quiere defenderse del intento del Gobierno de sacarle del puesto.

El presidente de Indra, que acaba de garantizarse un blindaje millonario, quiere defenderse del intento del Gobierno de sacarle del puesto.

Javier Monzón es el presidente de Indra, la multinacional de Consultoría y Tecnología líder en España y Latinoamérica. Fue Carlos Solchaga, durante el Gobierno de Felipe González, quien le otorgó la responsabilidad de guiar a la empresa que nacía para convertirse en uno de los principales proveedores del Gobierno en materia de Defensa. Nacida inicialmente en el sector público a través del Instituto Nacional de Industria (INI), en 1999, ya con el Gobierno de José María Aznar, se sacó a bolsa el 66% de las acciones en poder de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). Momento en el que el sector público pierde el control. Indra se privatiza y en junio de aquel año entra en el Ibex 35. Monzón seguía siendo el presidente.

Así, Monzón lleva a sus espaldas la relación con cuatro presidentes del Gobierno diferentes. Comenzó con Felipe González, siguió con Aznar, continuó con Zapatero y se mantiene con Mariano Rajoy, aunque éste último parece no estar dispuesto a prolongar más su mandato al frente de Indra. Fuentes consultadas por Libertad Digital señalan que en el seno del Ejecutivo existe cierto malestar con el empresario. Su pasado y buena relación con el expresidente González no sienta bien. Menos, cuando trascienden algunos escándalos como la participación que compró la compañía de una empresa de nuevas tecnologías del hijo de Felipe González y con la que el expresidente ganó más de 300.000 euros en cuestión de horas, tal y como contó El Mundo. La multinacional invirtió 1,5 millones en la sociedad en la que el histórico líder socialista había metido 376 euros.

El malestar del Gobierno vendría, según las fuentes consultadas, del sector más cercano a Exteriores, ya que Pedro Morenés es prudente y respetuoso con la jerarquía institucional. Además, fuentes de Defensa indican que el raquítico presupuesto que maneja en su departamento le convierten en un actor prácticamente fuera de juego en esta pelea ya que Defensa ha dejado de ser un cliente importante para Indra.

Por tanto, Indra ya no tiene casi actividad en Defensa. Si ya en 2007 suponía el 17% de los ingresos de la multinacional, ahora no llegaría ni al 10%. Mientras, Indra ha crecido mucho en el negocio internacional. Más de la mitad de su facturación viene de fuera de nuestras fronteras y el 85% de su volumen de negocio proviene de clientes civiles y no militares. De hecho, los principales proyectos que mantenía con Defensa eran el Eurofighter, fragatas y submarinos. Programas firmados hace tiempo y casi todos ejecutados. Otras fuentes del mercado recuerdan a LD que el panorama económico internacional no es bueno, y tampoco para Indra. "Vemos a Indra peleando por algunos contratos que hace años era impensable, contratos de poco más de 1 millón de euros", advierten.

La operación que se prepara pasaría, según destacan algunos medios como El Confidencial, por hacer valer el paquete accionarial que adquirió el Gobierno a través de la SEPI el pasado verano (20% del capital). De facto nacionalizó Indra con una inversión de 337 millones. Llama la atención que la operación se produjera justo cuando el mismo Gobierno predicaba la necesidad de austeridad y los "ajustes en el gasto público". El propio Monzón estaría temiendo que en la próxima Junta General de Accionistas, del próximo 26 de junio, el Ejecutivo haga valer su 20% para sacarle de la presidencia.

Quienes conocen a Javier Monzón confirman que el empresario ha visto ya las orejas al lobo y se teme realmente el intento de relevo. Tanto es así que, según afirman estas fuentes, ya "ha tomado algunas medidas" y ha contratado a la "gente necesaria para montar una estrategia de defensa". Estos movimientos ya comenzaron en 2012, con la entrada del Gobierno en el capital de la multinacional. Fue entonces cuando comenzaron los temores en Indra a que el Gobierno llevase a cabo un intento de crear un núcleo tecnológico e industrial entre Indra y Navantia en el seno de Defensa.

Tanto desde el entorno de Indra, como en el de Defensa confirman que el interés del Gobierno en sacar a Monzón existe. Ante esta posibilidad caben dos reacciones importantes. Por un lado, la de Monzón, que siempre ha contado con un núcleo duro muy fiel en su Consejo de Administración, y por otro, no está claro quién podría sustituir al actual presidente. Uno de los nombres que se barajan en todas las quinielas es el de Eduardo Serra. Sin embargo, las fuentes consultadas por LD descartan esta opción.

Las bazas de Monzón

De momento, Monzón ha dejado claro que no va a vender barato su pellejo. Este mismo mes de mayo se ha garantizado un blindaje millonario que podría activar en caso de despido o "prejubilación". Monzón ha dotado hasta la fecha algo más de 21 millones de euros en su "plan de prejubilación y ahorro a largo plazo". Tal y como están las cosas, si Monzón continuase en la empresa hasta 2018 (momento en el que el nuevo plan fijaría su prejubilación con 62 años) recibiría 14,5 millones de euros. En cambio, en caso de despido antes de esa fecha, su finiquito superaría los 16,5 millones. 11,5 del fondo de prejubilación y la indemnización por no competencia.

Por otro lado y según distintas fuentes, ya habría activado su otra baza, el rey Juan Carlos. Quienes mejor conocen a Monzón saben que su relación con el Rey es cercana y directa desde hace años. No en vano, el presidente de Indra es uno de los acompañantes habituales del Rey en sus viajes de negocios internacionales.

Doña Sofía entrega un premio a Javier Monzón de Cáceres, presidente de Indra en octubre de 2012 en Madrid | Casa de S.M. el Rey / Borja Fotógrafos

Otras fuentes señalan que la relación es tan fluida que en no pocas ocasiones es el propio Rey quien telefonea a Monzón directamente. Según la versión que ofrece El Confidencial, en el pasado viaje al Golfo Pérsico en el que acompañaron al monarca los ministros de Defensa, Exteriores, Industria y Fomento, además de una nutrida representación de la clase empresarial española, el presidente de Indra -también en la expedición- tuvo una conversación privada con el Rey de unas dos horas en pleno vuelo en el que le contó la situación y trató de hacer lobby para que el monarca fuera quien frenara la operación para quitarle el sillón en Indra. Lo que sí han podido confirmar las fuentes consultadas por LD es que la amistad entre el Rey y Monzón existe y que el presidente de Indra no dudará en apelar a ella para defenderse.

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