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Gestor en T. Rowe Price

Luis Fañanás: "El error al invertir tus ahorros es tomar decisiones basadas en sensaciones"

Luis Fañanás es uno de los inversores españoles más brillantes de La City londinense. Desde T. Rowe Price atiende a Libre Mercado.

Luis Fañanás es uno de los inversores españoles más brillantes de La City londinense. Desde T. Rowe Price atiende a Libre Mercado.

El inversor Luis Fañanás es integrante del equipo de gestión del fondo global International Discovery Fund de T. Rowe Price desde 2012 (fondo que invierte en Small and Mid Caps y con mas de 4.000 millones de dólares de activos bajo gestión). Anteriormente trabajó 14 años como analista en el sell-side, principalmente en Deutsche Bank donde llegó a ser el responsable europeo del producto de Small and Mid Caps. Inició su carrera profesional en Arthur Andersen en auditoría.

Libre Mercado: En España hemos visto cómo muchas familias han perdido gran parte de sus ahorros, o incluso todos, con productos de inversión que les han vendido los bancos. Además, la gran cultura del ahorro-inversión en ladrillo ha llevado al endeudamiento de muchas personas comprando unas casas que ahora valen menos de lo que pagaron por ellas e incluso muchos deben más de lo que valen realmente las casas actualmente. Todo ello lleva a pensar que hasta las inversiones aparentemente seguras como el ladrillo tienen alto riesgo. ¿Por qué ha pasado esto en nuestro país?

Luis Fañanás: En España ha habido muy poca cultura de inversión, muy poca cultura financiera. La sociedad española ha primado las decisiones de consumo por encima de las decisiones de inversión o ahorro, y el poco ahorro que ha habido se ha destinado en su mayoría al ladrillo vía endeudamiento. Es una cuestión de cultura que en España no se ha superado. En Alemania el porcentaje de hogares dueños de su vivienda es del 20% mientras que en España es superior al 80.

LM: Dicho esto, ¿qué tipo de inversiones nos recomienda?

LF: Antes de invertir hay que ahorrar y entender que el ahorro es la base de todo. Si la sociedad española hubiera ahorrado, nunca se habría vivido la mega crisis que se está viviendo. El ahorro debe ser el primer objetivo, y no endeudarse para comprar una casa. En cuanto a inversiones, es difícil de aceptar, pero la mejor inversión siempre será una empresa sólida, bien gestionada y comprada a un precio razonable.

La bolsa asusta al ciudadano medio por cuestión de ignorancia, porque no entiende la volatilidad que experimentan los mercados, pero eso no altera el valor de su inversión. Si existiese una cotización diaria, en cada instante sobre sus inversiones en ladrillos, tendrían el mismo miedo en invertir en casas.

La gente se obsesiona con el precio, cuando su obsesión debería ser por el descuento sobre el valor de lo que compró, y cómo se comporta ese valor, y no el precio que viene dictado por infinidad de sentimientos de millones de personas, algo impredecible y casi siempre no entendible (pero se le quiere buscar siempre una explicación).

LM: Pero la gente no se fía de los fondos de inversión después de lo que ha pasado, y tienen mucho miedo a la bolsa. ¿Qué les diría para que perdieran ese temor?

LF: Lo que no se puede entender es que la gente no aprenda de sus propios errores, que sencillamente es dejarse asesorar por el amigo-director de una sucursal bancaria y le coloque el producto que toque en cada momento.

En todos los sectores, siempre hay una variedad infinita de oferta, alguna buena, alguna muy buena, y la gran mayoría mediocre. En cuanto a inversiones o fondos de inversión se puede aplicar el mismo concepto. Elegir un buen gestor, que sepa elegir buenos o muy buenos negocios, que estén bien gestionados, por gente honesta y preparada, y poco más. Pero vivimos en un mundo rodeado de mucho ruido continuo que afecta a la mente de la gente, que lleva a tomar decisiones basadas en sensaciones. Y ahí radica el error.

LM ¿Cuál es vuestra filosofía inversora?

LF: T. Rowe Price es una gestora que se fundó en los años 30 con una filosofía de inversión muy clara: invertir en buenos negocios que sean capaces de crecer con independencia del contexto. Hoy en día en T. Rowe Price hay muchas diferentes estrategias o fondos, pero con una base de filosofía muy clara: negocio sólidos y bien gestionados. Yo sigo la filosofía del Value Investing, que es la que mejor resultados ha cosechado a lo largo de la historia.

LM: Esa es la filosofía inversora de famosos inversores como Peter Lynch, Warren Buffett o Francisco García Paramés, ¿no? ¿Podría contarnos exactamente en qué consiste?

LF: El Value Investing es una filosofía algo sencilla de explicar, no es complicado entenderla, pero es difícil poder aplicarla. Esencialmente consiste en invertir en sólidos negocios a un precio razonable. Hay muchas opiniones sobre en qué consiste esta filosofía, cómo comprar las acciones baratas, o cotizando a bajos múltiplos, pero la clave del Value Investing está en la calidad de lo que se compra, y menos en el precio que se paga.

Ahora, ¿cómo se sabe la calidad de lo que se compra? Ahí entra en acción la complejidad del proceso y el análisis profundo que hay que realizar sobre el negocio o empresa en cuestión. Y tener paciencia, mucha paciencia para comprar cuando está barato, y vender… en el muy lejano plazo, siempre dependiendo del precio que nos pone el mercado continuamente.

LM: Claro, usted nos está hablando de invertir nuestros pequeños ahorros en la bolsa por nuestra cuenta o los que no quieran gestionarlos ellos depositarlos en fondos como el que usted gestiona, pero, ¿no cree que eso es muy difícil de realizar, sobre todo lo de autogestionarse por su cuenta?

LF: La cuestión es cuánto tiempo se quiere dedicar a la gestión del ahorro propio. Si alguien quiere dedicarle poco tiempo lo mejor es ponerlo en manos de expertos, pero cuidado con los llamados expertos, que hay muchos, pero de todo tipo.

Pero yo siempre recomendaré dedicarle tiempo, estudiar, informarse y formarse, porque al final no es tan complicado. Hay escuelas en Nueva York, Londres, Múnich o Madrid donde hay cursos muy válidos que enseñan la filosofía de Value Investing.

LM: ¿Nos recomendaría alguno de esos sitios que menciona que existen para aprender a invertir?

LF: En Madrid la escuela OMMA tiene un curso único que combina el estudio de la Teoría Austriaca del Ciclo Económico con el Value Investing, algo que nadie ofrece en el mundo. Es una combinación muy potente para entender por un lado cómo funciona el contexto en el que se mueven las empresas y, por otro, entender y aprender a identificar buenos y sólidos negocios en los que poder invertir.

LM: ¿Entonces usted recomienda no comprar casas e invertir en la bolsa para ahorrar en el largo plazo?

LF: Es que comprar una casa no es ni ahorrar ni invertir, es endeudarse para disfrutar de un bien. La inversión en acciones, siempre que sean de empresas sólidas, bien gestionadas y a buen precio es una inversión imbatible. Pero uno tiene que entender que esas acciones experimentan volatilidad, y hay que aprender a convivir con eso.

LM: En estos momentos se están poniendo en cuestión muchas políticas monetarias, ¿cómo cree que afecta la política de bajísimos tipos de interés de la FED al ahorro, a la inversión y a la recuperación de la economía?

LF: Básicamente con estas políticas se está alterando y distorsionando todo el sistema. Es como no haber aprendido nada de la crisis pasada. Cuando se interviene en el mercado, se generan distorsiones. Siempre se interviene con muy buena voluntad, pero se ignora la capacidad de decisión de las sociedades. Nos ponen delante de nosotros tipos de interés que son ficticios, y si dura muchos años, las distorsiones serán enormes. Es lo que ha pasado en España desde principios del 2000 hasta que estalló la crisis.

LM: En nuestro país, como sabrá, han subido los impuestos y se han creado muchos nuevos. ¿Cómo cree que está afectando la subida de impuestos a los rendimientos del ahorro y la inversión a la creación de startups y a la inversión en general?

LF: Hay que fomentar el ahorro, no el gasto. Y con subidas de impuestos, se estrangula a la sociedad, que si no puede consumir en bienes básicos, ¡como para pedirle que ahorre! Si tuviéramos un sistema que incentivara el ahorro, otra situación estaríamos viviendo.

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