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Ian Vásquez

En memoria de Carlos Ball

Carlos fue un campeón de la libertad y un viejo amigo de muchos de los que conformamos el movimiento de la libertad en las Américas.

Lamento informarles de que el periodista venezolano y académico asociado del Instituto Cato Carlos Ball ha fallecido.

Tenía 75 años. Carlos fue un campeón de la libertad y un viejo amigo de muchos de los que conformamos el movimiento de la libertad en las Américas. Su vida fue un testimonio sobre el poder de las ideas y la vivió con un firme apego al liberalismo clásico.

Carlos fue cofundador de Cedice, un centro de investigaciones liberal radicado en Caracas que ha cumplido 30 años en 2014, con el que Cato viene trabajando desde hace mucho tiempo y que ha sido severamente acosado por el régimen chavista. Durante los ochenta, Carlos fue el editor de El Diario de Caracas, un periódico importante que fue crítico de las políticas estatales. Cuando Carlos representó a los periodistas venezolanos en una conferencia de la Asociación Inter-Americana de Prensa en 1987 en San Antonio, Texas, y denunció los ataques a la libertad de prensa del entonces presidente Lusinchi, éste exigió que aquél fuera despedido del periódico; fue de hecho un requisito que puso para la renovación del popular canal de televisión RCTV, parte de la misma empresa de medios de comunicación.

Carlos fue despedido del periódico, el gobierno le formuló cargos penales y el juez que presidía el caso le dijo: "Tengo instrucciones de arriba". En ese momento Carlos abandonó Venezuela y se instaló en la Florida, donde viviría el resto de su vida. RCTV recibió una licencia de 20 años. La expiración de esa licencia en 2007 –Hugo Chávez se negó a renovarla– desencadenó una masiva protesta estudiantil en contra del gobierno. (Como resultado de esto, Chávez perdió un referéndum constitucional y desaceleró temporalmente su acumulación de poder).

La idea de que Venezuela estaba condenada a repetir tales experiencias y de que el país pronto perdería más libertades si la libertad económica no era también respetada era un tema recurrente en los escritos de Carlos. Formaba parte de un grupo muy pequeño de intelectuales venezolanos que desde hacía décadas advertía contra la ideología del socialismo que predominaba en el sistema político y en gran parte de la sociedad venezolanos. De hecho, con mucha razón percibió el régimen de Hugo Chávez como una extensión lógica, aunque más extrema, de lo que había sucedido antes. "Chávez", escribió, "ha profundizado, acelerado y exacerbado la corrupción, la concentración del poder, la violación de los derechos de propiedad" y el poder de la burocracia sobre la vida de la gente. En un ensayo de 1992, escribió que "la fecha fatal" para su país fue enero de 1976, cuando el presidente Pérez nacionalizó la industria petrolera. Eso "significó un cambio radical; por primera vez desde la muerte del general Gómez [1935] el poder político y económico residía nuevamente en las mismas manos: en las del jefe de Estado".

Después escribiría:

Sin esa concentración de la riqueza nacional en manos políticas, Chávez jamás hubiera podido cubanizar Venezuela, porque fue el poder económico del petróleo lo que permitió al gobierno aplastar la libertad individual de los venezolanos.

Qué razón tuvo.

En 1991 Carlos creó AIPE, la Agencia Interamericana de Prensa Económica, que distribuía artículos de los liberales clásicos más destacados de Latinoamérica a los periódicos más importantes de la región. También tradujo y distribuyó artículos de Milton Friedman, Gary Becker, James Buchanan y otros académicos distinguidos, introduciendo estos pensadores a un sinnúmero de lectores latinoamericanos. En el sitio web en español del Instituto Cato (elcato.org) fuimos capaces de crear una página especial de Milton Friedman compuesta de una colección de artículos del Nobel, la mayoría de los cuales vino de AIPE. De hecho, cuando creamos elcato.org, en 1998, AIPE proveyó gran parte del material que publicábamos. También proveyó un modelo que pronto adoptaríamos, de publicar artículos en la región que luego colgaríamos en la página web. Para cuando Carlos cerró AIPE, en 2010, había distribuido 8.788 columnas de opinión de 734 autores. El siguiente año la Hoover Institution de Stanford University incorporó la colección completa a sus prestigiosos archivos.

El largo y trágico declive de Venezuela hacia el autoritarismo y el retraso económico lamentablemente han dado la razón a Carlos. Pero como se volvió evidente para mí en una visita a Caracas hace unos meses, la erupción de protestas estudiantiles masivas y pacíficas muestra una nueva apreciación de la libertad entre los venezolanos. Como dijo María Corina Machado –una importante líder de la oposición que explícitamente defiende las libertades económicas, políticas y civiles– en un acto de Cedice al que asistí, Venezuela claramente ha cambiado este año y la gente está demandando como nunca antes un rango amplio de libertades. Cedice está desempeñando un papel importante en ese cambio, y es parte del legado de Carlos Ball.

Puede leer muchos de los artículos de Carlos en español aquí, y en inglés aquí.

Hace algunos meses le envié un artículo que escribí sobre Venezuela y que fue publicado en El Comercio de Perú. Él respondió con entusiasmo y ánimo, despidiéndose con un "¡Viva Cato!". Extrañaré a Carlos.

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