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Lituania apostó a caballo ganador: entra en el euro gracias a la austeridad

El peso del Estado sobre el PIB bajó del 44,1% en 2009 al 33,9% proyectado para 2015.

El peso del Estado sobre el PIB bajó del 44,1% en 2009 al 33,9% proyectado para 2015.

Mientras el Sur de Europa recela de la Eurozona y rechaza la necesidad de ajustar el gasto público, los países del Norte abrazan las tesis de la austeridad y la emplean como palanca para relanzar el crecimiento, superar la crisis y asegurar su entrada en la moneda única.

El caso más reciente es el de Lituania, que abandonó la lita y se sumó al euro el pasado 1 de enero, cumpliendo un calendario de adopción que la mayoría de analistas veía imposible hace apenas unos años.

La llegada de la Gran Recesión al país báltico redujo sustancialmente el ritmo de crecimiento de la economía. En 2005, 2006 y 2007, el PIB lituano se disparó un 25,4%; no obstante, en 2008 la actividad se enfrió hasta el 2,9%, paso a un desplome del PIB a tasas negativas del -14,8%.

El mercado laboral experimentó el cambio de tendencia entre 2008 y 2009: antes de la crisis, el desempleo apenas alcanzaba el 5,8%, pero en 2009 saltó hasta el 13,8%, llegando al 17,8% en 2010.

Lituania apuesta por la austeridad

Ante semejante panorama macroeconómico, el proyecto de entrar en la Eurozona pasó a estar en entredicho: adherirse a la Eurozona exigía mantener la estabilidad fiscal justo cuando el PIB lituano acusaba un importante deterioro.

Las políticas de austeridad fueron la respuesta a este dilema. Lituania vio como el peso del Estado sobre el total de la economía se disparó del 34,8% en 2007 al 44,1% en 2009. No obstante, en el ejercicio 2010 los desembolsos de las Administraciones descendieron hasta el 41,6%, mientras que en 2011 cayeron al 38,2% y en 2012 bajaron al 35,6%.

En 2015, las cifras del FMI para el país báltico reducen la cifra al 33,9%. Por tanto, al contrario de lo que ha ocurrido en países como España, las políticas de austeridad han conseguido corregir el aumento del gasto ocurrido en los primeros años de la crisis, hasta el punto de que el 33,9% del PIB que desembolsa el Estado lituano en la actualidad es menor al 34,8% registrado en 2007.

Lituania no ha apostado por corregir su desaguisado fiscal con un aumento de la presión fiscal. De hecho, si el peso de los tributos alcanzaba el 34% del PIB en el año 2008, su alcance en 2015 se limita al 32,3%. Esto significa que la cuota de la producción nacional que queda en manos de Hacienda no solamente no ha subido durante la crisis, sino que se ha reducido.

Crecimiento, creación de empleo y desinflación

El PIB lituano empezó su recuperación en 2010, cuando salió de los números rojos para alcanzar una leve expansión del 1,6%. Mejor aún fue 2011, en el que la economía creció a un ritmo del 6%. Desde entonces, el crecimiento se ha mantenido por encima del 3%: 3,7% en 2012, 3,3% en 2013, 3% en 2014 y 3,4% en 2015, de acuerdo con el FMI.

El problema del paro empezó a corregirse en 2011, cuando la tasa del 17,8% con la que empezó el año se redujo hasta alcanzar el 15,4%. Entre 2012 y 2014, el porcentaje de personas desempleadas siguió bajando hasta llegar al 11%. Para 2015 se espera una ligera corrección hasta el 10,7%, por lo que Lituania sigue por el buen camino aunque aún registra un nivel de parados superior a la etapa pre-crisis.

Devaluación interna

El país báltico también ha aprovechado la crisis para aumentar su pujanza exportadora. El déficit comercial de 600 millones que se registraba en 2008 es ahora tres veces menor, pues los datos para 2014 reducen la diferencia entre importaciones y exportaciones a 200 millones.

Por otro lado, los costes laborales también experimentaron una reducción media del 10% entre 2009 y 2011, si bien la evolución desde 2012 ha sido alcista y, de hecho, hoy son más altos que antes del estallido de la crisis.

La estrategia de "devaluación interna" no sería completa sin incluir un proceso de desinflación: los aumentos de precios habían llegado al 12% en 2008, pero en 2010 ya se movían en el entorno del 0%, umbral al que han vuelto a acercarse desde la segunda mitad de 2014.

La deuda pública, asignatura pendiente

Los datos de Lituania no son tan positivos en el ámbito del endeudamiento de las Administraciones. En 2009, estas obligaciones se limitaban al 15,5% del PIB, mientras que en 2010 se habían multiplicado por dos, alcanzando el 29,3%. La tendencia alcista siguió en 2011, 2012 y 2013, tocando techo en el 40,5% del PIB.

Por suerte, el dato para 2014 reflejó el primer descenso desde 2009, ya que el endeudamiento del Estado cayó ligeramente hasta tocar el 39,4% del PIB.

Este cambio a mejor explica que a finales de octubre de 2014, Lituania emitiese un bono de deuda denominado en euros por el que ha pagado el interés más bajo de su historia en los mercados: un 2,125%.

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