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La troika estudia lanzar un ultimátum a Grecia: "O lo tomas o lo dejas"

El FMI también se harta de los griegos y plantea lanzar un ultimátum para continuar con el rescate. Syriza amenaza con un referéndum.

El FMI también se harta de los griegos y plantea lanzar un ultimátum para continuar con el rescate. Syriza amenaza con un referéndum.

La tensa negociación entre Grecia y sus acreedores internacionales, representados por la troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional), entra en una nueva fase crucial. De lo que suceda en los siguientes días, dependerá, en gran medida, el futuro de Grecia y la configuración de la zona euro. La paciencia de los socios comunitarios se está agotando, y ambas partes han empezado a lanzar advertencias y ultimátums de última hora.

La semana pasada, Atenas pagó in extremis el plazo del préstamo correspondiente al FMI, cuya cuantía rondaba los 750 millones de euros. Sin embargo, lo hizo con el dinero del propio Fondo, ya que empleó las reservas de emergencia que tenía depositado en el organismo que preside Christine Lagarde, y que, en teoría, debería reponer en el plazo de un mes. Es decir, Atenas pagó al FMI con el dinero del FMI, lo cual da buena idea de a grave crisis de liquidez que padece el Estado heleno. En este sentido, cabe recordar que poco días atrás, el Gobierno de Syriza ya tuvo dificultades para abonar puntualmente las pensiones de los jubilados griegos, acrecentando aún más preocupación e incertidumbre que sufre la población.

De hecho, el primer ministro griego, Alexis Tsipras, advirtió por carta a Lagarde que no podría amortizar el crédito del FMI sin ayuda de la UE, en un nuevo intento para que le concedan otro balón de oxígeno financiero, elevando el límite permitido para emitir deuda a corto plazo y, en última instancia, elevando la presión para que se desbloquee el último tramo del rescate internacional, próximo a 7.200 millones, sin necesidad de cumplir las condiciones acordadas (más ajustes y reformas), según informa Financial Times.

Pero la misiva no surtió efecto. Lagarde comunicó al resto de miembros del FMI la existencia de la carta en una reunión a puerta cerrada celebrada el pasado jueves, y, según fuentes bien informadas, el responsable del organismo para Europa, Poul Thomsen, advirtió de que las negociaciones con Grecia habían sido tan improductivas que sería recomendable bloquear sine die la parte del rescate pendiente que corresponde al Fondo (3.600 millones de los 7.200 millones comprometidos en el último tramo).

El problema es que conceder ese dinero a Grecia en las condiciones actuales constituiría una violación de las propias reglas de juego del Fondo. El hartazgo con Atenas es ya tan evidente que un miembro de la Junta del FMI planteó la posibilidad de lanzar un ultimátum a Syriza: "O lo tomas o lo dejas". Es decir, o bien Atenas se pliega a todas y cada una de las condiciones acordadas en el memorando de rescate, o se deja caer a Grecia.

Esta postura no es una excepción. El reciente aviso que lanzó el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, sobre la posibilidad de que Grecia celebre un referéndum sobre el rescate iría en esta misma línea. Tsipras, por su parte, insiste en que no cederá ante las demandas de los acreedores en asuntos que estén dentro de sus líneas rojas, como es el caso de la reforma laboral y los ajustes en materia de pensiones. "No cabe duda que el acuerdo debe concluir, pero si algunos piensan que la asfixia financiera obligará al Gobierno a hacer marcha atrás en sus líneas rojas, se equivocan", afirmó Tsipras la semana pasada en una conferencia organizada por el semanario The Economist.

El líder de Syriza reconoció que en las negociaciones existen "acercamientos en los temas del IVA y en la legislación de impuestos, pero al mismo tiempo algunos socios piden la desregulación del mercado laboral", lo que, según aseguró, "no es aceptable". Prometió que "no habrá otros recortes en salarios y pensiones", y que su Gobierno gravará las rentas más altas para elevar la recaudación."Es la hora de la redistribución, de la distribución equitativa de la carga, de que paguen los que no pagaban", enfatizó.

El BCE podría jugar su baza

Aunque las negociaciones continúan, si no existe un acercamiento relevante en los próximos días, el BCE podría verse obligado a restringir la línea de financiación extraordinaria (ELA) concedida a los bancos griegos, y de cuyo mantenimiento depende, en gran medida, su supervivencia. Si el BCE corta el grifo, tal y como ha reclamado abiertamente el Bundesbank, Atenas, muy posiblemente, tendría que decretar el corralito bancario, instaurando un punto de inflexión clave en la pugna que, desde el pasado febrero, mantienen Grecia, por un lado, y la troika, por el otro.

La reacción de Atenas al ultimátum de sus acreedores no se ha hecho esperar. Nikos Filis, portavoz parlamentario de Syriza, ha advertido este lunes de que "las negociaciones están entrando unos días cruciales", pero si la troika insiste en su mensaje de "o lo tomas o lo dejas", Atenas convocará un referéndum sobre la aceptación o no del rescate internacional, poniendo así en cuestión no sólo el pago de su abultada deuda pública, sino su propia permanencia en el euro.

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