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El presidente de Filipinas pone patas arriba el país

Desde la llegada el poder de Duterte, han muerto más de 2.000 personas y los inversores extranjeros han retirado 400 millones de dólares.

Desde la llegada el poder de Duterte, han muerto más de 2.000 personas y los inversores extranjeros han retirado 400 millones de dólares.

Rodrigo Duterte, presidente de Filipinas desde finales de junio, se ha convertido en uno de los dirigentes más famosos del mundo y, lamentablemente, no por sus buenas políticas. Tras las últimas palabras que dirigió a Barack Obama, presidente de los EEUU, se han sucedido las noticias sobre cómo ha cambiado la situación de Filipinas desde su llegada.

El presidente filipino, que no es muy protocolario ni respetuoso en sus comparecencias, llamó "hijo de puta" a Barack Obama, quien, posteriormente, canceló la reunión que tenían programada ambos presidentes días después en ASEAN. Además, Duterte "aconsejó" a Obama no preguntarle sobre su política contra el narcotráfico, una de las causas que ha llevado a Filipinas a su situación actual.

2.400 muertes en nueve semanas de mandato

Duterte, apodado "el castigador", ya indicó como uno de sus objetivos la lucha contra el narcotráfico. Guerra que, hasta ahora, ha provocado la muerte de cientos de personas. Una política no muy ortodoxa que ya ha sido criticada desde Naciones Unidas. Ronald de la Rosa, la máxima autoridad policial de Filipinas, reconocía la muerte de 1.900 personas relacionadas con el mundo de las drogas, aunque según recogen algunos medios, la cifra asciende a más de 2.400 muertos.

Las reacciones ante esta situación no se han hecho esperar, tanto de los propios filipinos, que ya se han manifestado en varias ocasiones ante el Ministerio de Justicia, como de los medios y organizaciones internacionales. El presidente de la Organización de Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, criticó duramente el plan anti-droga de Duterte, afirmando que es "ilegal y que vulnera los derechos y libertades fundamentales".

Ante este tipo de acusaciones, el presidente filipino no tiene reparos en contestar con el tono que le caracteriza: "Tal vez tengamos que separarnos de Naciones Unidas". Cabe señalar, que todas estas muertes recaen sobre la población más pobre del país y que, además, grupos de vigilantes enviados por el gobierno son los que ejecutan los crímenes en plena calle.

Fuga de capitales en el último mes

Filipinas, un país en el punto de mira de los inversores y con un gran potencial de crecimiento económico, no se está viendo beneficiado con la llegada al poder de Rodrigo Duterte. Por el momento, los inversores extranjeros ya han retirado 400 millones de dólares (350 millones de euros) en el último mes, rompiendo la buena racha de los meses previos.

A pesar de todo, el mandatario filipino sigue manteniendo buenos niveles de popularidad entre sus compatriotas. Una popularidad que contrasta, y mucho, con la que tiene fuera de sus fronteras y que ya le está pasando factura tanto a él como al potencial de la economía filipina.

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