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Shawna Lake: "Hay más opacidad financiera en EEUU o Londres que en un paraíso fiscal"

La ingeniería fiscal no deja de ser una disciplina creativa, que aúna conocimientos de Derecho, Finanzas, Economía...

La ingeniería fiscal no deja de ser una disciplina creativa, que aúna conocimientos de Derecho, Finanzas, Economía...
Oficinas Mossack Fonseca | Alamy

Shawna Lake nació en la pequeña isla de San Cristóbal y Nieves. Desde esta pequeña jurisdicción caribeña, esta abogada se ha convertido en una de las mayores expertas del mundo en asuntos como la lucha contra el lavado de dinero. Además, ha trabajado durante años en el gobierno de su isla, desarrollando la industria financiera de su país y negociando los tratados fiscales que su país ha suscrito con numerosos gobiernos del mundo.

Libre Mercado se ha reunido con Lake aprovechando su participación en la cumbre sobre competencia fiscal que convocó Goethals Consulting en Panamá. A continuación recogemos lo más destacado de nuestra charla.

-Usted conoce en profundidad las nuevas reglas sobre cooperación fiscal que están firmando los gobiernos del mundo rico con países en vías de desarrollo. ¿Qué le parecen estos tratados?

-Creo que se aplica una doble vara de medir. Las reglas de transparencia y las normas contra el lavado de dinero que se están imponiendo a las pequeñas jurisdicciones son muy estrictas y van contra el atractivo financiero que muchos de estos países quieren brindar, con ánimo de convertirse en centros bancarios internacionales o con el objetivo de consolidarse como 'refugios fiscales' para empresas o trabajadores que buscan países con un mejor clima tributario.

Se habla de países como el mío como si fuesen jurisdicciones en las que no hay ningún control. Intenten abrir una cuenta en EEUU y luego hagan lo mismo en un 'refugio fiscal'. La realidad es precisamente al revés de lo que se le dice a la población del mundo rico. En los países pequeños ya solo nos falta preguntarle al cliente qué le gusta desayunar cada mañana… En EEUU, hasta hace apenas unos años, aún se podía abrir una cuenta bancaria por teléfono, sin documentación ninguna de por medio.

Y, además, la mayoría de las iniciativas contra el lavado del dinero o contra la financiación del crimen y el terrorismo se están aplicando solamente en algunos países. Unas jurisdicciones se ven obligadas a asumir esos estándares, pero otras no. De manera que, si en un sitio no se puede hacer, en otros sitios sí podrá ocurrir. Y, de hecho, hay muchos países ricos en los que no se aplica, en absoluto, el nivel de escrutinio que sí está normalizado en los "refugios fiscales" del Caribe.

-También hay un interés macroeconómico en mantener una cierta estabilidad.

-Los países pequeños somos más vulnerables, no podemos tener un sistema financiero volátil en el que entra y sale dinero de un día para otro. Por eso, nos centramos desde los años 90 en hacer procesos de due diligence. A los gobiernos de la OCDE les llevamos años de ventaja, porque no queremos dinero sucio, dinero que aparece y desaparece, sino ahorro obtenido de manera honesta y que busca protección a medio y largo plazo.

-Y mientras tanto, en EEUU vemos que se mantienen muchas excepciones.

-El mejor ejemplo es el estatus de Delaware, donde desde luego que hay mucha más opacidad y muchos menos controles que en San Cristóbal y Nieves. Lo mismo se puede decir de Reino Unido, y no hablo siquiera de sus territorios de ultramar, sino de las propias leyes de las islas británicas.

-¿Caemos una y otra vez en el error de confundir evasión y elusión fiscal?

-Eso me temo. La evasión es un delito, pues infringe las normas tributarias vigentes. Sin embargo, la elusión consiste en pagar menos impuestos dentro de la ley. La ingeniería fiscal no deja de ser una disciplina creativa, que aúna conocimientos de Derecho, Finanzas, Economía… De manera que hablamos de algo legal y legítimo que no podemos confundir con prácticas ilegales.

-Usted ha explicado que un aspecto fundamental para los refugios fiscales del siglo XXI es su capacidad de brindar un trato atractivo, pero con una estrategia discreta. ¿A qué se refiere?

-Cuando los países compiten muy abiertamente por bajar impuestos de una u otra forma, los gobiernos de otros países saben mejor qué mecanismos están ofreciendo y, por tanto, es más fácil crear trabas que limiten el alcance de la competencia fiscal. Por tanto, hay que vender seguridad jurídica, hay que vender un trato fiscal favorable… y hay que hacerlo con más inteligencia y más discreción.

-Premio Pulitzer para la publicación de los Papeles de Panamá. ¿Qué opina?

-Al Consorcio Internacional de Periodistas, que es la organización que publicó los Papeles de Panamá, se le está presentando como un grupo heroico. Por supuesto, se obvia que los papeles son robados, que la documentación es privada, que se han violado derechos fundamentales, que no se ha respetado la privacidad y el honor de muchas personas… Y, como dije antes, se ha a jugado a confundir la elusión con la evasión fiscal, presentando como ilegales prácticas que son plenamente compatibles con la normativa vigente.

-¿Todo vale para promover la armonización y terminar con la competencia fiscal?

-Me preocupan los retos que plantea el crimen informático para la privacidad de nuestros datos financieros. Cuando se habla del hackeo ruso en las elecciones presidenciales de EEUU, todo el mundo está de acuerdo en que es algo grave. Pero cuando se hackea a un banco o a un despacho de abogados, parece que todo vale.

Es un privilegio contar con la seguridad personal y financiera que, por lo general, existe en Occidente. En el mundo desarrollado nos olvidamos de los graves problemas que siguen ocurriendo en regiones como América Latina. Conozco a muchas personas que acuden a 'refugios fiscales' , de manera legal por supuesto, y se que lo hacen porque saben que su patrimonio no está garantizado en su país de origen.

-Hábleme de las reformas fiscales que ha impulsado su isla para ganar atractivo fiscal.

-Partíamos de reglas complejas que alejaban a empresarios, inversores y trabajadores. Optamos por dar un giro de 180 grados. En los años 80 se abolió el Impuesto sobre la Renta. Fue un gran acierto. Desde entonces, el PIB per cápita ha pasado de 1.000 a 14.000 dólares.

-Suena utópico para un europeo…

-En el seno de la Unión Europea hay ejemplos de éxito que también pueden servir para inspirar reformas liberales de calado. Piensa, por ejemplo, en Estonia. Tiene una deuda pública muy reducida, un sistema fiscal basado en impuestos bajos y sencillos, una gran adaptación a las nuevas tecnologías… Si todos los países de la región siguiesen ese ejemplo, la UE sería imparable. Esos son los modelos que hay que poner en valor.

-Me temo que Bruselas prefiere ser "imparable" en su lucha contra la competencia fiscal. ¿Qué deben hacer las jurisdicciones que sufren esta persecución?

-Es importante que los ‘refugios fiscales’ se unan y que manden un mensaje común a la OCDE. Con sus ‘listas negras’, pretenden discriminar a jurisdicciones que bajan impuestos, imponiendo estándares que no se aplican en los países ricos. Hay que responder a los ataques que sufrimos.

Cada vez más países compiten para atraer a ciudadanos de otras jurisdicciones mediante el ofrecimiento de permisos especiales de residencia. Cada vez es más común conceder un pasaporte a cambio de determinados niveles de inversión. Y la globalización tecnológica facilita que profesionales activos y dinámicos se trasladen a vivir a otras jurisdicciones y gestionen desde la distancia sus negocios, beneficiándose de un marco tributario más favorable.

Pero, para seguir ganando en sofisticación, es necesario ofrecer otras ventajas. De entrada, hay que ofrecer buenas infraestructuras sanitarias, educativas, de transporte… Además, hay que especializarse en ofrecer seguridad jurídica y estabilidad regulatoria. No me olvido de los retos de la digitalización, con todo lo que supone. Y así muchos otros aspectos que debemos tener en cuenta si queremos que los ‘refugios fiscales’ sigan evolucionando.

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