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Edouard Philippe anuncia recortes "para acabar con la adicción al gasto"

Edouard Philippe, el conservador nombrado por Macron para liderar el gobierno, habla de "enfriar el volcán de la deuda".

Edouard Philippe, el conservador nombrado por Macron para liderar el gobierno, habla de "enfriar el volcán de la deuda".
El primer ministro, Edouard Philippe | Pixabay/CC/cocoparisienne

Tras su triunfo en las pasadas Elecciones Presidenciales, Emmanuel Macron escogió a Edouard Philippe como primer ministro. Su nombramiento fue recibido con entusiasmo en las filas de la derecha y despertó el enfado de la izquierda, una reacción habitual en la carrera política de un dirigente acostumbrado a moverse entre dos aguas.

El nuevo premier galo nació en 1970, es abogado y viene de una familia de izquierdas. Entró en política en el año 2001, para apoyar al Ayuntamiento de Le Havre en asuntos legales. Un año después, en 2002, apoyó a Alain Juppé como nuevo líder de la UMP, la gran coalición de la derecha francesa (hoy redundado con el nombre de Los Republicanos). En 2005 volvió al sector privado, de la mano de un bufete americano, pero tres años después fue elegido concejal de Le Havre y, tras una dimisión, alcanzó la alcaldía, que revalidó en 2014 con una mayoría absoluta en la primera vuelta de las elecciones municipales.

Pero la carrera de Philippe dio un nuevo salto a mediados de mayo, cuando Macron le escogió como primer ministro de su gobierno. Su salto al escenario político nacional disparó la expectación de los medios, que la pasada semana dedicaron una amplia cobertura política al discurso que pronunció el nuevo primer ministro ante la Asamblea Nacional.

Toque de atención del Tribunal de Cuentas

La comparecencia llegó tras un demoledor informe del Tribunal de Cuentas, que desgranó los "agujeros presupuestarios" de las Administraciones Públicas de nuestro país vecino. Según el ente auditor, Francia no va a cumplir los objetivos de déficit marcados por la Unión Europea si no se toman medidas radicales.

"Estamos bailando con el desastre y no podemos permitírnoslo. Tenemos que enfriar el volcán de la deuda", advirtió el premier, antes de anunciar dos grandes objetivos: por un lado, bajar el gasto público en la segunda mitad del año, para dejar el déficit público por debajo del 3 por ciento del PIB y así cumplir con Bruselas; por otro lado, reducir permanentemente ciertas partidas de gasto a lo largo de toda la legislatura, llevando su peso del 56 al 53 por ciento del PIB mediante un recorte que reducirá en 20.000 millones el gasto anual del Estado.

Philippe ha anunciado que se va a "contener" el gasto en salarios de trabajadores públicos. Además, ha afirmado que "ninguna partida presupuestaria quedará pendiente de ser revisada, en busca de nuevos márgenes de ahorro". Según el primer ministro, "Francia está adicta al gasto público y esta adicción, como cualquier otra, no resuelve los problemas de fondo".

El nuevo hombre de confianza de Philippe ha señalado que el programa de inversión pública, anunciado en campaña por Macron y valorado en 50.000 millones de euros, se extenderá durante toda la legislatura, es decir, no será un gasto anual que se repita año tras año. Además, el premier apuntó que estas inversiones se financiarán a base de reorientar partidas de gasto, sin que esto afecte a los objetivos generales de gasto, deuda y déficit.

Pero los anuncios de Philippe no han contentado a la patronal gala, MEDEF, que ya ha advertido que las medidas "llegan tarde" y "son insuficientes". Según su presidente, Pierre Gattaz, "la situación de las finanzas públicas es catastrófica y debería dar pie a reformas de calado". Por su parte, el líder de la izquierda radical, Jean-Luc Mélenchon, afirmó que "parece que nos gobierna Merkel".

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