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Emilio J. González

El suelo, a prueba

El Gobierno ha condicionado la reactivación del crecimiento económico a la recuperación de la Bolsa. El mercado de valores, por tanto, es pieza clave para la evolución del ritmo de la actividad productiva en los próximos trimestres, pero las perspectivas respecto al mismo son, hoy por hoy, inciertas.

A lo largo del mes de agosto, la Bolsa ha intentado remontar el vuelo y el Ibex 35 llegó a superar los 6.500 puntos, pero el repunte fue efímero, en parte porque no venía avalado por un volumen de negocio mínimamente importante, en parte también por el deterioro de las perspectivas económicas registrado en los últimos meses en Estados Unidos y en la Unión Europea. En consecuencia, el parqué español se encuentra ahora en un momento crítico puesto que el Ibex 35 se haya próximo al suelo de los 5.700-6.000 puntos que formó en julio. Ese suelo ahora empieza a estar a prueba. Si se respeta, podría ser el pistoletazo de salida para la ansiada recuperación bursátil; si se rompe, la crisis podría reiniciarse, una posibilidad que, en el contexto actual, no puede descartarse por varias razones.

Los datos económicos estadounidenses que se van publicando, lejos de hablar de recuperación, sugieren más bien un posible deterioro de la coyuntura. Lo mismo sucede en la Unión Europea. En ambas zonas económicas, los expertos hablan de un aumento del riesgo de recaída en la crisis. Por si no bastara con ello, la posibilidad de una guerra contra Irak ha disparado el precio del petróleo, dificultando así la recuperación económica, y ha introducido nuevos temores en el parqué. Y para que no falte de nada, el temor a un nuevo atentado en Estados Unidos ha agravado el clima económico y bursátil.

En el lado positivo hay que hablar, sin embargo, de los indicios de recuperación en nuestro país, señalados por el Banco de España en su último informe trimestral sobre la economía española y el hecho de que, en la jornada bursátil del jueves, cuando el Ibex 35 se acercó al nivel de los 6.000 puntos, entraron órdenes de compra que, en las dos últimas horas de la sesión, cambiaron la tendencia del índice selectivo del mercado español. En consecuencia, parece que el suelo que formó la Bolsa en julio es resistente y aguanta. Y eso concede más probabilidades al hecho de que las acciones puedan estar cogiendo fuerza en los niveles actuales para iniciar su recuperación efectiva que a la posibilidad de una nueva crisis bursátil. Claro que, si hay guerra con Irak, las cosas podrían cambiar radicalmente.

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