Menú
EDITORIAL

A trabajar al INEM

Es realmente difícil concebir medidas más negativas para la creación de empleo estable y bien remunerado que las que propone el PSOE, como alternativa al “decretazo”, por boca de Jordi Sevilla. No es preciso ser un lince para darse cuenta de que un aumento sustancial del salario mínimo, como reclaman los expertos del PSOE, condenaría a una gran parte de los trabajadores (especialmente a los más jóvenes y a los menos cualificados, como puede ser el caso de los inmigrantes) al paro o a la precariedad de la economía sumergida, y a muchas pequeñas y medianas empresas –las principales creadoras de empleo en España– a la quiebra. Tampoco existe mejor medida para desincentivar la búsqueda activa de empleo (sobre todo en la coyuntura económica actual) que aumentar la protección al desempleo, con la añadidura de que tal política es letal para el equilibrio fiscal, algo que, por otra parte, tampoco desean conservar los socialistas, seguramente por los fantásticos resultados que para la economía española tuvieron los abultados déficit públicos durante los gobiernos del PSOE: inflación y tipos de interés astronómicos que trajeron brutales pérdidas de poder adquisitivo así como el desplome de la inversión, tres devaluaciones y casi cuatro millones de parados (el 25% de la población activa).

Pero quizá la más chusca de las propuestas del PSOE para generar empleo “de calidad” sea la de dotar al INEM de 16.000 funcionarios más, que se encargarían de elaborar planes personalizados para cada desempleado y de “mejorar la calidad de los servicios públicos” de empleo bajo los auspicios de un “tutor”, que velaría por 200 desempleados –“como máximo”– incapaces, a los ojos del PSOE, de encontrar empleo por sí mismos.

No cabe duda de que, a corto plazo, el empleo “estable y de calidad” se incrementaría, precisamente, en 16.000 puestos... y el déficit público en unos 600 millones de euros (100.000 millones de pesetas) como mínimo. Pero fuera de esto, el PSOE no aporta propuestas para favorecer el crecimiento económico y la creación de empresas, que son al fin y al cabo los factores que crean empleo, antes al contrario. Por otra parte, el INEM, a pesar de tener el monopolio de facto de las agencias de colocación (están prohibidas las agencias con ánimo de lucro distintas de las ETT), no es ni con mucho el lugar donde la gran mayoría de los españoles ha encontrado su trabajo. En realidad, el INEM no es más que una ineficaz oficina recolectora de datos sobre contrataciones y gestora del subsidio de desempleo, pues a todo aquel a quien le urja encontrar un puesto de trabajo no le queda más remedio que recurrir a los amigos, los conocidos, los anuncios de la prensa, al envío más o menos aleatorio de currículos, a las bolsas de empleo de los colegios profesionales o, más recientemente, a las bolsas de empleo en Internet.

Diríase que los socialistas están más pendientes de asegurar a todo el mundo un subsidio que de lograr el marco más favorable para la creación de empleo. Sin embargo, para poder pagar subsidios a quienes verdaderamente lo necesiten, antes es preciso producir la riqueza necesaria y gravarla con impuestos y cotizaciones sociales. Y esto sólo es posible –si no se quiere aumentar los impuestos y desincentivar aún más la inversión e incrementar las cifras de paro– generando más empleo... o abultados déficit presupuestarios que, no muy a la larga, incrementan aún más el número de desempleados, como la experiencia no se ha cansado de demostrar.

Las propuestas del PSOE tienen el aroma de los disparatados arbitrios para arreglar el país que allá por el siglo XVII proponían a los monarcas españoles centenares de “locos repúblicos y de gobierno”, tal y como los definía y ridiculizaba Francisco de Quevedo en La vida del buscón llamado Don Pablos. O bien el de las “geniales invenciones” de los físicos aficionados siglo XIX, que prometían el movimiento perpetuo sin aporte de energía, obviando las leyes de la Termodinámica.

Jordi Sevilla y su equipo –no digamos ya Rodríguez Zapatero– ignoran, además de la historia económica reciente, el principio fundamental sobre el que se apoya la ciencia económica: la escasez de recursos. O bien tratan de confundir al electorado menos avispado con sofismas y supercherías –como la del manual de dicterios contra Aznar y alabanzas a Zapatero, distribuido en fichas por los órganos de propaganda de Ferraz a los miembros relevantes del PSOE y elaborado a golpe de encuesta– destinadas a sustituir al todavía inexistente programa de gobierno socialista.

En Libre Mercado

    0
    comentarios