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Federico Jiménez Losantos

El programa económico de Simancas

Antes, durante y después de la crisis en la Asamblea de Madrid, lo único que ha trascendido del proyecto económico de Rafael Simancas para la comunidad más rica y próspera de España es que tiene unas ganas locas de controlar Caja Madrid. Aún no había logrado la investidura y ya anunciaba que un empresario de “talante progresista” debía reemplazar a Blesa, que es un carca. Además, desde el expolio de Rumasa, los españoles sabemos que los “progresistas” son magníficos gestores. De Cisneros a Parretti, el progreso nos contempla. En Madrid pasó entonces lo que pasó, aunque todavía no sabemos bien lo que ha pasado, y Simancas se quedó a dos velas. Pero Esperanza Aguirre recordó en las borrascosas sesiones de la comisión de investigación del “tamayazo” la pasión sociata por la Caja, segunda de España en tamaño y metida en no pocas inversiones de las que gustan a los políticos. Sogecable, sin ir más lejos.

Que la candidata popular no exageraba lo más mínimo lo prueba la última intentona del candidato de la “gente decente” para asaltar la Caja , que se ha saldado con un lastimoso fracaso (Simancas y Fracaso empiezan a ser sinónimos a orillas del Manzanares) y, una vez más, a cuenta de la supuesta “trama” político-inmobiliaria y de Romero de Tejada, convertido a su pesar pero no sin responsabilidad en el único argumento arrojadizo del PSOE. Esta vez, la conjura fantasma denunciada por Simancas no es la del PP y el ladrillo sino del PP y el PCE, o sea, La Trama, la Hoz y el Ladrillo. La inmediata reyerta verbal entre el candidato del PSOE y el de IU que pretenden formar juntos una mayoría de izquierdas para sustituir al PP en el Gobierno de la Comunidad de Madrid ha sido capaz de abochornar a los sindicatos, que no son precisamente gente melindrosa y que tienen la llave de las mayorías en Caja Madrid. Increíble pero cierto. Tan cierto como que ver a Simancas y Fausto Fernández (“Fausto del Nilo”) poniéndose mutuamente a caldo tras el fracaso de la intriga para asaltar la entidad financiera es un espectáculo que, bien promocionado, atraería al turismo nacional ávido de emociones fuertes. Aquí es sólo uno más de los muchos que viene protagonizando la Izquierda y que tanto anima a votar al ciudadano. A votar al PP, naturalmente. Si antes de llegar al Poder les tienta así el dinero, ¿que no harán si lo conquistan? Lo de Galerías Preciados sería una broma al lado de Caja Simancas. Pero falta mucho para las elecciones y esto no ha hecho más que empezar. Bueno, continuar.

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