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EDITORIAL

Trujillo y el Ministerio de la Vivienda

"Si no se conociera el pensamiento socializante que imperó durante la dictadura en muchos ámbitos económicos, podría resultar paradójico señalar que haya sido el PSOE el que reinstaurara ahora un Ministerio creado por Franco"

Seis meses después de su creación y sin resultado alguno, varios medios de comunicación han asegurado este fin de semana que el Gobierno se cuestiona la necesidad de mantener un Ministerio de la Vivienda tan vacío de competencias como lleno de contradicciones. Lo que parece evidente es que la promesa "estrella" del PSOE ha fracasado, que el número dos en ese Ministerio ya ha dimitido y que incluso desde dentro del partido socialista se ha filtrado que la propia ministra Trujillo presentó su dimisión el pasado 15 de octubre, aunque Zapatero la despachara con un "ahora no toca crisis de Gobierno".
 
Nos llevaría todo el editorial recordar el espectáculo dado por esta ministra que empezó prometiendo crear decenas de miles de viviendas, que luego quedaron devaluadas a “soluciones habitacionales”, para quedar, finalmente, en una oferta de no se sabe qué, no se sabe cuándo, coronado con un intento fallido de silenciar unas estadísticas que informaban del encarecimiento de un 17% de las viviendas desde su llegada al Gobierno. Pero, aunque efectivamente Trujillo ha hecho “méritos” más que suficientes para haber presentado ya su dimisión, también es cierto que la incapacidad del Ministerio para aportar soluciones eficaces en el asunto desborda con mucho la notoria incompetencia de quien viene dirigiéndolo.
 
Al margen de la valía personal de quien ocupa el cargo, es la propia existencia de ese Ministerio lo que es cuestionable en sí. Y no tanto porque las autonomías ya tengan transferidas las competencias en esta materia, sino porque, en realidad, buena parte del problema del encarecimiento de la vivienda proviene del excesivo intervensionismo público, injerencia dañina independientemente de que provenga de una autoridad central o autonómica.
 
Si no se conociera el pensamiento socializante que imperó durante la dictadura en muchos ámbitos económicos, podría resultar paradójico señalar que haya sido un partido socialista el que reinstaurara ahora ese Ministerio de la Vivienda que Franco erigió en 1957 en nuestro país.
 
De esa etapa provienen muchos de los males que afectan al mercado de la vivienda y que, con el incremento de la demanda, se han revelado mucho más perjudiciales. Lo que había que hacer era promover más la liberalización, tanto del mercado del suelo como el del alquiler. Sin embargo lo típico de los socialistas ante cualquier problema es poner el nombre de ese problema a un nuevo Ministerio, creyendo así haberlo solucionado; vamos, como si el incremento de la burocracia, del gasto público y del intervencionismo estatal, lejos de ser la lacra que hubiera que erradicar, fuera la solución que hay que aplicar. Y errores de enfoque como este, nos tememos, no se no se corrigen ni siquiera con el cese de Trujillo...
 
 
 

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