La mayoría de los analistas, políticos y economistas hablan de la miseria, de las carencias y de los pobres, pero pocos señalan un camino para generar riqueza.
El ser humano vivió millones de años en lo que hoy llamaríamos la extrema miseria. La pobreza es el entorno en el que muchas sociedades se han mantenido durante siglos, mientras unas cuantas progresan.
Las cifras que nos hablan del número de miserables, de que muchos viven con poco y pocos con mucho, no ayudan a solucionar el problema de la miseria. Durante el siglo pasado hay quienes pensaron que la solución era quitarle a los que tenían para darle a los que no tenían y convertir a los gobernantes en los distribuidores de esa riqueza. En ninguno de los países que adoptaron esas políticas se logró solucionar el problema de la miseria ni lograron tampoco una mejor distribución del ingreso.
A raíz de esa situación, que predominó en el siglo XX, me propuse sintetizar no las causas de la pobreza, sino las de la riqueza; es decir, el entorno que prevaleció en aquellos países que durante el siglo pasado redujeron la pobreza y generaron más riqueza.
Una de las principales causas del crecimiento económico en ciertos países y la ausencia de crecimiento en los otros, como lo explico y sustento en el DVD titulado “Las bases de la riqueza”, fue el sistema jurídico. Durante el siglo XX, el entorno jurídico fue menospreciado o pasado por alto en los análisis de la mayoría de los economistas que proponían planes y políticas para generar riqueza.
En “Las bases de la riqueza” demuestro que el principal factor de crecimiento económico es el jurídico, leyes que garanticen los tres derechos fundamentales del ser humano: vida, propiedad y libertad. También es importante la percepción en los habitantes de esos países sobre la existencia de un gobierno que hace cumplir el respeto a esos derechos fundamentales.
