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EDITORIAL

La escandalosa manipulación de la CNE

Es Zapatero el máximo responsable de que esta OPA, contraria a la libre competencia, salga adelante por razones exclusivamente políticas y acorde al célebre “como sea” que tanto caracteriza el proceder de este presidente del gobierno.

A la espera de que el diario El Mundo facilite nuevos datos para poder considerar si estamos o no ante unas prácticas tipificadas como delito, las manipulaciones del informe de los técnicos sobre la OPA de GAS Natural a Endesa, llevadas a cabo por varios consejeros de la Comisión Nacional de Energía, con el fin de avalar engañosamente la operación mercantil, suponen un escándalo mayúsculo que, en cualquier otro país occidental, acarrearía el inmediato cese de los consejeros implicados y múltiples peticiones de dimisión al presidente del Gobierno.
 
Que el ingeniero agrónomo Jaime González –sin más curriculum profesional que el ser amigo íntimo de José Luis Rodríguez Zapatero– llegara a ser en 2001 consejero de la Comisión Nacional de Energía fue debido a un conocido “chantaje” político, al que se doblegó Aznar con tal de que el PSOE rebajara el descarado perfil político de sus propuestas para ocupar instituciones más relevantes, como el Tribunal de Cuentas.
 
Ahora bien, que este amigo del actual presidente del gobierno se haya prestado recientemente–junto a otros dos consejeros de la CNE propuestos por los socialistas y los separatistas catalanes– a llevar a cabo una manipulación de la redacción del informe técnico, que incluía tachaduras y amputaciones de párrafos enteros, con el fin de tergirvesar su sentido, es el colmo del inescrupuloso interés que, en avalar la OPA, muestra tanto el gobierno de Zapatero como el tripartito de Maragall.
 
Conviene recordar que esta operación, –que tal y como indicaba el informe técnico,  antes de ser manipulado, acarrearía “graves problemas” y “obstáculos” para la libre competencia– fue, sin embargo y desde el primer momento, un deseo de los socialistas y sus aliados nacionalistas,detectable tanto en declaraciones del ministro Montilla, como en los célebres Pactos del Tinell.
 
Aunque una vez planteada la OPA, tanto el gobierno de ZP como el de Maragall, quisieron convencernos de su neutralidad y borrar de la operación cualquier matiz político, un nuevo escándalo surgió al saberse que la Caixa, principal accionista de Gas Natural y principal vía financiera de la Generalitat, había condonado el 6,5 por ciento del préstamo correspondiente a los intereses al PSC de Montilla.
 
Sabíamos que la amiga de Montilla y ex diputada del PSC Maite Costa, como presidenta de la CNE y junto a los consejeros del PSOE y ERC, había autorizado, bajo nimias condiciones, la OPA de Gas Natural, en un bochornoso y clamoroso cambio del criterio que, hasta entonces, este organismo había mantenido ante similares tipos de fusiones. Lo que no sabíamos –y conviene insistir en ello– es que se había hecho a costa, no ya de tomar en insuficiente consideración el informe técnico, sino de algo más grave y más engañoso como es referirse a él manipulando previamente, su contenido. A eso es lo que se dedicó el amigo de Zapatero y los otros dos consejeros propuestos por el PSOE y ERC.
 
La gravedad de lo que está sucediendo entorno a esta OPA política, que tanto perjuicio puede ocasionar a los consumidores como a los accionistas de Endesa, ya no es sólo reducible al “caso montilla”, sino que afecta directamente al presidente del Gobierno. Es Zapatero el máximo responsable de que esta OPA, contraria a la libre competencia, salga adelante por razones exclusivamente políticas y acorde al célebre “como sea” que tanto caracteriza el proceder de este presidente del gobierno.

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