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EDITORIAL

El mercado vs. la OPA de ZP y del nacionalismo catalán

En tal caso, lo que estaría transmitiendo ZP a E.On no sería otra “realidad” que la de una amenaza; una amenaza que arrastraría los indices de seguridad jurídica y administrativa de nuestro país a niveles tercermundistas y bananeros

Nuestros lectores disponen en este diario de un espléndido análisis de las diferencias entre las OPAs planteadas a Endesa por Gas Natural y E.On, como para que les resulte perfectamente lógica la buena acogida que, entre los analistas, accionistas, consumidores y trabajadores de Endesa ha provocado la irrupción de esta nueva oferta de adquisición.

La excepción a esta buena acogida, como era previsible, la han protagonizado los medios afines al gobierno y a sus socios nacionalistas. La irrupción de la oferta de E.On supone, ciertamente, un jarro de agua fría para un gobierno que, como el de Zapatero, no ha hecho otra cosa que tratar de satisfacer un compromiso con el tripartito nacionalista catalán, verdadero impulsor, a través de La Caixa, de la OPA hostil planteada por Gas Natural. Por mucho que esta última perjudicara, a todas luces, a los consumidores, accionistas y trabajadores, Zapatero removió todos los obstáculos –incluido el dictamen negativo del Tribunal de Defensa de la Competencia– para dar luz verde a una operación que ya venía prefigurada claramente en los Pactos del Tinell, y que ha llegado a constituir uno de los más bochornosos escándalos político-financieros de nuestra democracia.

Todo apunta, sin embargo, a que el gobierno de ZP va a seguir en la misma senda de corrupción político-financiera. Así lo apunta tanto la reacción del secretario de comunicación del Gobierno, Fernando Moraleda, como la reacción de Gas Natural o la información de la reunión que mantenían ayer por la tarde Zapatero y el consejero delegado de E.On.

Si ya era evidente que Gas Natural no se regía por principios de mercado, sino que basaba su OPA hostil contra Endesa –una empresa mucho mayor y solvente– en el ilimitado y discrecional impulso político del gobierno a dicha operación, no menos evidente resulta ahora que Gas Natural, al seguir sin arrojar la toalla ante un competidor como E.On, sigue contando con la ilimitada y bochornosa determinación del Gobierno.

Este hecho lo confirman las propias declaraciones de Moraleda, que ha encubierto la disposición del Gobierno de proseguir su liberticida mangoneo político, remarcando el carácter "alemán" de la nueva aspirante y contraponiéndolo con los "intereses estratégicos españoles".

Ahora resultará que una operación como la de Gas Natural, que, en realidad, sirve a los intereses estratégicos, no de España, ni siquiera de Cataluña, sino de una élite política separatista, hay que respaldarla no sólo contra los intereses de los consumidores, accionistas y trabajadores españoles, sino contra la propia lógica del europeísmo y de esa realidad supranacional que se llama Unión Europea.

Si hace poco ZP tenía la desfachatez de invocar el "patriotismo" para buscar apoyo a su disposición de negociar con ETA, poco tardará el presidente del Gobierno en hacer lo propio para lograr el apoyo de los españoles a una OPA que, como la que él apadrina, es claramente perjudicial, en todos los sentidos, para los ciudadanos, no sólo de Cataluña, sino también del resto de España.

En cuanto a la reunión mantenida entre el presidente del Gobierno y el Consejero Delegado de E.On, la SER ha asegurado que Zapatero "ha transmitido a Bernotat que el marco regulatorio y la rentabilidad prevista para Endesa no son reales".

Vamos, por un instante, a dar veracidad a dicha información, y creamos que los directivos de E.On son unos ignorantes de los entresijos de una operación que les lleva a comprar duros a seis pesetas. De ser así, ¿qué hace el presidente de un Gobierno desempeñando las labores propias de un asesor financiero a sueldo de un Grupo energético, sea este nacional o extranjero? Eso, al margen del hecho de que la valoración que el mercado hace de Endesa no es sólo superior al que oferta Gas Natural sino, incluso, al mucho mejor que ofrece E.On.

Otra cosa distinta, mucho peor y más probable, sería que lo que, en realidad, ha pretendido mostrar Zapatero al Consejero Delegado de E.On es su disposición a hacer uso de la llamada "acción de oro" del Gobierno –anacrónico derecho gubernamental de veto que está en vías de extinción por imperativo europeo– o a cambiar el marco regulatorio en función de quien sea, finalmente, el que se llevase el gato al agua. Ahora bien, en ambos casos, lo que estaría transmitiendo ZP a los inversores alemanes no sería otra "realidad" que la de una amenaza; una amenaza que arrastraría los índices de seguridad jurídica y administrativa de nuestro país a niveles tercermundistas y bananeros. Eso sí, tan falsamente "patrióticos", como para que los impulse el gobierno de Zapatero con el respaldo de los separatistas.

En Libre Mercado

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