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EDITORIAL

Futuro negro para el empleo

No deja de ser curioso que, pese a evidencias de tal calibre, Zapatero insista en alcanzar el pleno empleo antes de terminar la legislatura.

Con cerca de dos millones y medio de parados y un frenazo brusco en la creación de empleo la economía española se enfrenta a uno de sus demonios familiares, el del desempleo masivo y de larga duración. Los datos macroeconómicos referidos al mercado de trabajo del último trimestre, esos que Zapatero ha evitado durante la campaña, son harto preocupantes. Sólo en dos meses se han destruido 180.000 puestos de trabajo. Y no sólo eso, el incremento interanual de nuevas afiliaciones registra mínimos históricos, exactamente los más bajos en doce años.

Si se mantuviese esta tendencia, a finales de año el INEM tendría registrados más de cuatro millones de desempleados, una cifra espectacularmente alta que devolvería la tasa de paro a los tiempos de Felipe González. Aparte del drama humano inherente al desempleo, un parón semejante en la actividad haría resentirse el crecimiento económico que, según los expertos, no pasará del 2% en el presente año. Con la economía nacional enfriándose a pasos agigantados sería muy difícil invertir el proceso y reconstruir el empleo destruido en 2007.

No deja de ser curioso que, pese a evidencias de tal calibre, Zapatero insista en que alcanzará el pleno empleo antes de terminar la legislatura. Nos consta que no cuenta con una varita mágica creadora de empleos por lo que todo hace suponer que, de cara al futuro, el panorama laboral está negro, muy negro.
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