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Emilio J. González

Un cúmulo de despropósitos

Los socialistas jamás van a admitir su cuota de responsabilidad en lo que está sucediendo, una cuota que obedece a más de cuatro años sin política económica ni reformas estructurales.

Las declaraciones sobre la situación económica de los más destacados líderes socialistas, con ocasión de la apertura de su congreso federal, ha sido todo un cúmulo de despropósitos, en unos casos voluntarios y en otros forzados por la obligación de todos de respaldar al presidente del Gobierno y de acallar los comentarios de las últimas semanas acerca de que la vieja guardia socialista iba a poner los puntos sobre las íes a Zapatero.

Probablemente por la necesidad que tiene el PSOE en estos momentos de permanecer unido ante el aluvión de críticas que le está cayendo, dentro y fuera de España, a causa de su actitud ante la crisis, una palabra que nadie ha pronunciado ni pronunciará durante la reunión socialista, el presidente del PSOE, Manuel Chaves, ha abierto el congreso diciendo que los socialistas han sabido "coger por los cuernos" el toro de la crisis y dar la respuesta adecuada. Es curioso que Chaves haya utilizado esta expresión cuando este mismo viernes el influyente semanario The Economist ha dedicado su viñeta a cómo el toro de la crisis le ha cogido a Zapatero. Y es que lo que está ocurriendo en estos momentos se veía venir de lejos, pero el Ejecutivo, sobre todo su presidente, ha preferido mirar para otra parte y dedicarse a hacer otras cosas que a Zapatero le gustan más que no esto de gestionar la economía.

Claro que los socialistas, por lo visto, jamás van a admitir su cuota de responsabilidad en lo que está sucediendo, una cuota que obedece a más de cuatro años sin política económica ni reformas estructurales que ahora se traducen en uno de los menores crecimientos económicos de toda la Unión Europea, probablemente ya en el principio de una recesión, combinado con una fuerte tasa de inflación y una subida del paro que, según el Gobierno, podría llegar al 11% en lo peor de la crisis mientras que los analistas privados estiman una banda de entre el 13% y el 15%. Evidentemente, dada la naturaleza de la crisis, ésta es inevitable. Lo que sí se podría haber evitado es la dureza con la que empieza a golpear, y con la que lo hará cada vez más en los próximos trimestres, si se hubieran hecho los deberes pendientes. Pero para los socialistas, la culpa no es del Ejecutivo, sino de la ideología neoconservadora de Bush, según dijo Jesús Caldera.

Y yo me pregunto, ¿qué tendrá que ver la ideología del presidente estadounidense con la crisis alimentaria? Porque ésta viene provocada en parte por un año de malas cosechas y en parte, y sobre todo, porque la mejora de los niveles de vida que se está produciendo en Asia está mejorando las pautas de consumo de los asiáticos, que van abandonando su dieta de arroz para apuntarse a consumir más carne y pescado, no por la forma de pensar del actual inquilino de la Casa Blanca.

¿Y con el petróleo? Porque aquí el problema es que cuando la demanda crece, a causa de los niveles de desarrollo que se están alcanzando sobre todo en China e India los países se niegan a aumentar la capacidad de producción. El presidente venezolano, Hugo Chávez, por ejemplo, decía recientemente que había que restringir las exportaciones de crudo a la Unión Europea como represalia por su nueva ley de inmigración; mientras, Viktor Zubkov, presidente de la gasista rusa Gazprom, controlada por el Gobierno ruso, abogaba también recientemente por un petróleo a 250 dólares el barril porque eso resolvería muchos problemas económicos y políticos del Kremlim.

¿Y con la burbuja inmobiliaria española? Porque esa es cien por cien made in Spain debido a la falta de voluntad política manifestada por nuestro Gobierno de liberalizar el suelo, la auténtica raíz del problema. No obstante, como estamos ante el mejor de los gobiernos posibles, piensan los socialistas, ¿cómo va a ser suya la culpa de la crisis? Cómo se ha estado negando la mayor durante muchos meses, tratando de ocultar la verdad a los españoles para no perder votos en las pasadas elecciones generales por su inexistente gestión económica, pues ahora hay que buscar chivos expiatorios, cabezas de turco y todo lo que ustedes quieran más allá de nuestras fronteras. Para los socialistas, nada mejor que aprovechar el antiamericanismo español para poner el sambenito a Bush y ellos tratar de marcharse de rositas.

Lo mejor, empero, ha sido lo de Zapatero. Éste ha dicho que lo que hay que hacer es trabajar y consumir más. Ya quisieran poder hacerlo los españoles que están perdiendo su empleo a causa de que ni se han tomado medidas para afrontar la que está cayendo ni se han hecho reformas, como la laboral, que les ayuden a conservar su puesto de trabajo. Ya quisieran poder hacerlo también todos los que hoy disfrutan de un trabajo, o viven de una pensión. Pero, ¿de dónde va a salir ese dinero para consumir más si los sueldos y las pensiones dan cada vez menos de sí como consecuencia del encarecimiento de los alimentos y el petróleo –un estudio de la Caixa de Catalunya dice que la cesta básica de la compra ha subido más de un 8,5%- y del mayor peso de la letra del piso –la revisión que se efectúe el próximo año supondrá pagar del orden de 900 euros anuales más– si ni los salarios ni las prestaciones por jubilación se incrementan ni pueden hacerlo a esos ritmos? Lo dicho, la apertura del congreso socialista ha sido todo un cúmulo de despropósitos económicos con tal de no hablar de crisis y de eludir las responsabilidades políticas del Gobierno.

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