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EDITORIAL

Con E de endeudamiento

Este monumental ejercicio de propaganda gubernamental a costa del contribuyente coincide con la pérdida de confianza en la deuda pública española por parte de agencias internacionales de calificación crediticia como Standard & Poor´s

Propaganda y endeudamiento. Con estas dos palabras se puede resumir perfectamente el llamado "Plan E" que el Gobierno de Zapatero ha colgado en su pagina web para publicitar sus supuestas medidas con las que hacer frente a la crisis económica que estamos padeciendo.

Al margen del reconocimiento de la "crisis" –una palabra hasta hace nada tabú para el Ejecutivo–, lo primero que llama la atención del documento es que ya no culpe de la misma a Bush, a la avaricia de los empresarios, al neoliberalismo o a cualquier otra de las cabezas de turco que el PSOE ha utilizado para eludir su responsabilidad en la recesión que nos azota. Ahora el causante parece ser "el ajuste del sector de la construcción"; un ajuste que, ciertamente, se está dando, pero no como causa sino como consecuencia de una irresponsable política económica que lo había dejado todo al "motor" de la construcción y a la inercia y herencia de unos bajos tipos de interés y de unas agotadas reformas llevadas a cabo bajo el anterior Gobierno del PP.

Lo grave es que, tal y como se refleja en el documento de marras, Zapatero no tiene la menor intención de llevar a cabo un impulso fuerte y sano de la economía, como serían una drástica reducción de los impuestos y del gasto público y unas reformas estructurales que liberalizasen los mercados. Por el contrario, se concentra exclusivamente en recurrir al dinero del contribuyente –presente y futuro–, calificado propagandísticamente como "ayudas del Gobierno", para financiar planes que, lejos de crear empleo, lo que van a hacer es incrementar la presión fiscal y el endeudamiento estatal. Tal es el caso del "Fondo para Entidades Locales" o del "Fondo Especial para la Dinamización de la Economía y del Empleo", que comprometerán más de 11.000 millones de euros.

Como es conocido, el primer plan no supone más que unas transferencias de unos 8.000 millones de euros a los ayuntamientos, supuestamente para la financiación de obra nueva y de ejecución inmediata, de las que, sin embargo, no se tiene garantía alguna que sea para esos menesteres o para maquillar las no menos endeudadas cuentas de las corporaciones locales. En cualquier caso, es evidente que los ciudadanos, conservando y haciendo uso de su dinero, impulsarían la economía mucho mejor de lo que lo pueda hacer cualquier entidad pública, sea municipal, autonómica o estatal. Eso, por no hablar, al margen de la ineficiencia, de las oportunidades que se da a la corrupción cuando las entidades públicas tratan de convertirse en empresario y creador de puestos de trabajo.

Otro tanto se podría hablar del "Fondo Especial" que, junto a los ya citados, también se destina a objetivos tan inconcretos, o simplemente absurdos, como proyectos de I+D+i (490 millones), Turismo social y dependencia (430 millones) y actividades relacionadas con el Medioambiente y la prevención del cambio climático (575 millones).

En cuanto al "Plan Extraordinario de Medidas de Orientación, Formación Profesional e Inserción Laboral", lo único que se puede decir es que tras esta pomposa denominación y loable objetivo no se articula ni detalla nada que lo sustente, por lo que cabe esperar que no sea otra cosa que esos cursos estériles con los que el Gobierno encubre y maquilla el numero real de personas desempleadas.

Respecto a las bonificaciones de 1.500 euros para la contratación de desempleados con cargas familiares, tal y como señalamos en su día, lo que tiene que hacer el Gobierno es levantar las barreras institucionales, tanto laborales como fiscales, que disuaden la contratación, en lugar de hacer transferencias económicas que no animarán a los empresarios a superarlas. Sin embargo, este Plan E confirma la nula voluntad del PSOE de acometer reforma alguna, especialmente en el mercado laboral, dejando el cacareado diálogo social en un estéril dialogo de mudos.

Lo más preocupante de este monumental ejercicio de propaganda gubernamental a costa del contribuyente es que coincide con la pérdida de confianza en la calidad de la deuda pública española por parte de agencias internacionales de calificación crediticia como Standard & Poor's.

En cualquier caso, a un Gobierno como el de Zapatero, que se caracteriza por sus constantes huidas hacia adelante, cualquier endeudamiento, por encarecido que sea, es bueno con tal de sustentar su engañosa propaganda.

En Libre Mercado

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