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Emilio Campmany

Las razones del PNV

El propósito del PNV es gestionar el incremento del IVA de modo que se atemperen los nocivos efectos que en el resto de España tendrán las inoportunas medidas de Zapatero.

A día de hoy, parece que Zapatero tiene apalabrados suficientes votos para sacar adelante los presupuestos de 2010. Aunque CiU no está por la labor de votarlos debido a que, por ser de izquierdas, serán completamente inadecuados para combatir la crisis, es casi seguro que los 6 diputados del PNV los respaldarán. Con los 169 del PSOE, suman 175. Los 3 de la Esquerra, además de Llamazares y Herrera, completarán esa mayoría, aunque el voto del PNV debería bastar.

Es extraño que los nacionalistas vascos no venguen su desalojo del poder a manos del socialista Patxi López aislando al PSOE en la votación más importante del año. Los analistas nos cuentan que la clave de esa decisión se encuentra en la Diputación de Álava. Allí continúa gobernando el PNV, a pesar de que PSOE y PP unidos podrían hacerse con ella. Eso es precisamente lo que ha pedido el PP del País Vasco. Tiene toda la lógica del mundo que los populares, tras entregar la lehendekaritza a los socialistas sin pedir nada a cambio, exijan reciprocidad en la Diputación alavesa, donde ambos partidos son mayoría. Sin embargo, el PSOE no está dispuesto a pagar favor por favor y ha decidido que la Diputación siga en manos del PNV a cambio de que éste vote los presupuestos de Zapatero. El PP podría reaccionar rompiendo la baraja. Pero no lo hará. Es tal la ilusión que ha generado el haber logrado echar al PNV de Ajuria Enea que su electorado entendería mal que, a pocos meses de haber logrado la hazaña, permitiera que se arriara nuevamente la bandera española del viejo palacio vitoriano, quién sabe si para siempre.

El análisis es en esencia correcto. Sin embargo, está cojo, pues no explica cómo un partido conservador y de derechas, con un electorado perteneciente en su mayoría a la burguesía vasca, está dispuesto a apoyar unos presupuestos que, con toda seguridad, serán, no ya inapropiados para combatir la crisis, sino abiertamente contraproducentes pues contribuirán a agravarla. Puede que la Diputación de Álava bien valga dos puntos del IVA, pero me extraña que el empresariado vasco participe de esa misma opinión. Alguna explicación tiene que haber.

Podría encontrarse en el concierto vasco. Es verdad que los tipos del IVA son los mismos para toda España y que muchas de las desastrosas medidas que incorporarán estos presupuestos se aplicarán en todo el territorio nacional, incluido el País Vasco. Pero ocurre que el concierto otorga a las diputaciones de los tres territorios forales, todas ellas en manos del PNV, empezando por la de Álava, como hemos visto, la gestión de todos los impuestos, también el IVA. El modo en que se gestiona un impuesto permite, por vía de omisión o de acción, intervenir en la repercusión real que tiene sobre la economía del territorio gestionado: basta relajar la inspección para lograr que sea inferior y es suficiente agriarla para que sea superior. No me cabe la menor duda de que el propósito del PNV es gestionar de modo que se atemperen los nocivos efectos que en el resto de España tendrán las inoportunas medidas de Zapatero. Pero, para eso, necesita tener bajo control las tres diputaciones, incluida por supuesto la de Álava. He aquí cómo unos presupuestos enemigos de la creación de riqueza pueden ser para el PNV y su base empresarial un buen negocio, aunque sean letales para el resto de España. Y todavía se presentan como víctimas.

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