Por muchas que sean las resistencias de los políticos –tanto del PSOE como del PP– frente a la privatización, la alarmante realidad en la que están inmersas estas entidades financieras es la que, más pronto que tarde, va a imponer la catarsis.
EDITORIAL
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loboe dijo el día 14 de Julio de 2010 a las 13:16:
Las Cajas de Ahorro comenzaron siendo instituciones privadas, en muchos casos ligadas a la obra social de la Iglesia y deberían haber jugado con las mismas reglas que el resto de instituciones bancarias, en la medida en que su operación derivó a este tipo de actividad muy alejadas de su primitiva función de Casas de Empeño. Que sus fines no sean puramente lucrativos es otra cuestión que puede y debe ser tratada en el capítulo de su fiscalidad.
El problema es que en su insaciable voracidad, políticos y sindicalistas vieron una oportunidad de oro para meter sus sucias manos en un enorme pastel, hasta que -por utilizar una expresión muy gráfica- han terminado jodiéndolas.
Seguramente se podrán escribir sesudos tratados sobre el porqué y el cómo del suceso, pero resumiendo para que la gente lo entienda, ha resultado que como siempre, donde ponen las manos los políticos, acaba siendo caca.
Las Cajas de Ahorro comenzaron siendo instituciones privadas, en muchos casos ligadas a la obra social de la Iglesia y deberían haber jugado con las mismas reglas que el resto de instituciones bancarias, en la medida en que su operación derivó a este tipo de actividad muy alejadas de su primitiva función de Casas de Empeño. Que sus fines no sean puramente lucrativos es otra cuestión que puede y debe ser tratada en el capítulo de su fiscalidad.
El problema es que en su insaciable voracidad, políticos y sindicalistas vieron una oportunidad de oro para meter sus sucias manos en un enorme pastel, hasta que -por utilizar una expresión muy gráfica- han terminado jodiéndolas.
Seguramente se podrán escribir sesudos tratados sobre el porqué y el cómo del suceso, pero resumiendo para que la gente lo entienda, ha resultado que como siempre, donde ponen las manos los políticos, acaba siendo caca.