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Guillermo Dupuy

Humpty Dumpty Zapatero

Muchos de los que ahora se escandalizan con lo dicho por Zapatero en Oslo, se han limitado desde hace años a reproducir esa manipulación que, de forma sistemática e institucionalizada, aparece en las estadísticas de los Servicios Públicos de Empleo

– Cuando yo uso una palabra –insistió Humpty Dumpty con un tono de voz más bien desdeñoso– quiere decir lo que yo quiero que diga..., ni más ni menos.

– La cuestión –insistió Alicia– es si se puede hacer que las palabras signifiquen tantas cosas diferentes.

– La cuestión –zanjó Humpty Dumpty– es saber quién es el que manda..., eso es todo.

Lewis Carroll, Alicia a través del espejo

No es la primera vez que Zapatero, al considerar trabajadores en activo a los parados que reciben formación o al hablar de cualquier otra cosa, me evoca este célebre pasaje de la obra de Lewis Carroll, como también le ha pasado a muchos otros con la "neolengua" de Orwell en 1984.

He de confesar, sin embargo, que para mí la noticia del día, tras la intervención del presidente en el Foro de Oslo, no fue tanto que Zapatero considerase como empleado a los parados en formación, pues es algo que su Gobierno viene haciendo desde hace años de forma sistemática e institucionalizada, aunque no tan burda, a través de las manipuladoras estadísticas de los Servicios Públicos de Empleo. Para mí la noticia, lo auténticamente novedoso es que periódicos y cadenas de radio y televisión que, siguiendo las manipuladas cifras del Gobierno, han venido haciendo lo mismo que Zapatero cada vez que supuestamente "informaban" del número de parados, vayan por fin –se supone– a dejar de hacerlo, visto como han puesto el grito en el cielo tras escuchar al presidente del Gobierno. Efectivamente, muchos de los que ahora se escandalizan con lo dicho por Zapatero en Oslo se han limitado desde hace años a reproducir las cifras oficiales del desempleo que, entre otras manipulaciones, no contabilizan como parados a los llamados DENOS, demandantes de empleo no ocupados que acuden a cursillos de formación.

Es por ello, y por seguir con analogías literarias, por lo que considero también en cierta forma oportuna una evocación de la fabula del traje del Rey desnudo; sólo que aquí no ha sido un niño ajeno a la manipulación el que la ha dejado para todos en evidencia. Ha sido el propio manipulador quien, al creerse sus propias mentiras y al considerar la desnudez como una forma de vestimenta, la ha dejado de manifiesto.

Sirva pues este artículo de reconocimiento a la labor que vienen haciendo mis compañeros de redacción en Libertad Digital –especialmente Lorenzo Ramírez–, que cada vez que el Gobierno da cifras del desempleo, las recalculan para extirpar de ellas manipulaciones como la que ha ofrecido Zapatero. Espero que también sirva para que esa repentinamente escandalizada gran mayoría de medios de comunicación que no lo han hecho hasta ahora, informen a partir de este momento del número de parados que realmente hay en España. Vamos, los que hay de verdad y no los que el Gobierno dice que hay por el mero hecho de ser el que manda.

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