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Jaime de Piniés

Llega la cuesta

La subida de tipos del Banco Central Europeo también enfriará los pocos brotes verdes que tenemos del exterior, todos ellos ligados a las exportaciones.

El anuncio por parte de Jean-Claude Trichet, presidente del Banco Central Europeo, de que los tipos oficiales pueden subir en abril es una noticia fatídica para la economía española. Nos coge con el paso cambiado. Ya se venía advirtiendo desde hace meses, incluso años. Pero el momento de la verdad se aproxima. La tasa de inflación en la zona euro supera el dos por ciento, habiendo alcanzando el 2,3% en enero. Y con el precio del barril de petróleo Brent por encima de los 116 dólares, los argumentos para subir los tipos se hacen cada vez más tozudos.

Alemania, que representa más del 27% del PIB de la zona euro, alcanzó una tasa de crecimiento del 3,6% en 2010 y la zona euro en su conjunto del 1,7%. Ambas áreas pueden aguantar una política monetaria restrictiva sin mayores problemas. En comparación, España seguía en recesión el año pasado en torno al -0,1%, aunque el dato del último trimestre del año apuntaba a una cierta recuperación del 0,6%. Pero debido a las notables ineficiencias y a la falta de competencia de muchos sectores españoles, nuestra tasa de inflación está por encima del tres por ciento, habiendo alcanzado el 3,3% en febrero con tendencia al alza.

Con una clara expectativa de que los tipos oficiales subirían, los tipos de interés del interbancario ya se han visto afectados, subiendo de forma abrupta en los últimos días hasta casi alcanzar el 2% en los plazos de 12 meses; estaban en el entrono del 1,2% durante el verano. En consecuencia, las familias y las empresas españolas, altamente endeudadas, verán como su escaso margen de ahorro, aquel ahorro que el Sr. Campa ve como excesivamente alto, quedará mermado nuevamente. No solo tendremos que sufrir la realidad de un sector público vampírico que no hace más que subir impuestos (léase el último exceso en limitarnos la velocidad a 110 km/h para recaudar más) y un paro galopante del 20,3% que resta fuerzas a todos, sino que ahora además tendremos que pagar hipotecas y prestamos a largo plazo con tipos al alza. El riesgo país también se verá afectado e impactará a nuevos créditos y renovaciones. En definitiva, la escalada de tipos matará cualquier brote verde de la demanda interna de España.

Pero la subida de tipos del Banco Central Europeo también enfriará los pocos brotes verdes que tenemos del exterior, todos ellos ligados a las exportaciones. En efecto, las medidas del Banco Central Europeo enfriarán la demanda europea y, ante la subida de los precios del petróleo, es muy probable que otras autoridades monetarias en países emergentes, e incluso en los EEUU y en el Japón, también inicien una política monetaria más restrictiva.

Con el paso cambiado y sin la introducción de reformas de calado, nos aguarda un periodo largo y penoso de bajo crecimiento económico. Sin unas reformas de calado, por ejemplo, del mercado de trabajo, no será posible reducir el paro sin alcanzar tasas de crecimiento del orden del 2,5%; un ritmo de crecimiento que el Sr. Trichet a sentenciado a la muerte durante un largo periodo en España. A menos que reaccionemos y empecemos a poner en marcha las reformas que la economía española desesperadamente necesita. Pero es evidente que esto no ocurrirá con el Gobierno de el Sr. Rodriguez Zapatero. Por ello, ojalá se adelanten las elecciones y llegue un nuevo Gobierno que no le tiemble el pulso para hacer lo que, tarde o temprano, tendremos que hacer para salir del atolladero económico en que nos encontramos.

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