Los intereses que efectivamente nos renta un depósito son uno de los aspectos más importantes a la hora de contratar un producto de este tipo y lo que determinará si al final es la opción elegida para destinar nuestros ahorros. Muchos son los porcentajes y números que manejan los bancos.
Diferencias entre TAE y TIN
El TAE y el TIN son los términos financieros más habituales; hacen referencia a la rentabilidad del producto bancario, tanto de ahorro como de financiación. A menudo, las entidades suelen hacerse eco sólo del porcentaje TAE (Tasa Anual Equivalente) en la publicidad y promoción de sus productos. Éste es más llamativo, porque es ligeramente más alto que el TIN (Tipo de Interés Anual), que muestra lo que en realidad cobraremos por el depósito de nuestros ahorros.
TAE es la Tasa Anual Equivalente que se aplica tanto para los intereses que nos cobran los bancos para los créditos como para aquellos intereses que nos pagan con cualquier producto de ahorro e inversión. El TIN es el tipo de interés que se aplica durante un periodo concreto, lo normal es hacerlo diariamente para conocer qué valor tiene nuestra inversión día a día, pero también puede calcularse de manera mensual o trimestral.
El TAE es la cifra que más se utiliza para encontrar los mejores productos bancarios del mercado ya que, cuando más alta sea, mejor rentabilidad tendremos con el producto. Pero esto suele complicarse algo más cuando hablamos de depósitos bancarios. La rentabilidad puede cambiar en función de la frecuencia de abono de los intereses y la duración de la inversión.
La TAE nos dice qué intereses recibiríamos en el caso de que el depósito fuera anual; la TIN, los intereses que recibiremos efectivamente en el periodo contratado. Coinciden sólo si el depósito es anual y los intereses nos los entregan a vencimiento; en los demás casos, hay que hacer cálculos.
Cálculo de la rentabilidad de un depósito
Para ponernos manos a la obra necesitamos conocer algunos datos: la cuantía que vamos a depositar, la frecuencia en la que nos abonarán los intereses (mensual, trimestral, semestral, a vencimiento,...), el plazo por el cual tendremos nuestros ahorros en el depósito y el TIN (el tipo de interés nomina anual).
Pongamos por ejemplo el Depósito In de la Caixa:
- Disponemos de un importe de 10.000 euros para este depósito.
- La frecuencia de abono de intereses es mensual.
- El plazo del depósito finaliza a un año.
- El TAE es del 3% y el TIN es del 2,94%.
Podríamos pensar que si depositamos 10.000 euros en este depósito, tendríamos una rentabilidad de 300 euros, pero esto no es así. Como el banco nos liquida los intereses de manera mensual, no anual, el cálculo tendríamos que hacerlo dividiendo ese 3% entre 12 meses, lo que nos daría 0,25%.
El 0,25% sería el interés que recibiríamos el primer mes por los 10.000 euros depositados, obteniendo así 25 euros de rentabilidad, lo que nos deja en cuenta 10.025 euros que volverían a rentabilizarse al 0,25% al mes siguiente, sumando a la cuenta 10.050,06 euros, y así sucesivamente.
Por eso el TAE siempre es superior al TIN, ya que los intereses que nos pagan generan a su vez más intereses.
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