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El Banco de Inglaterra inyecta 60.000 millones de euros extra

La entidad incrementa en 50.000 millones de libras esterlinas (54.000 millones de euros) el importe de su programa de recompra de activos.

El Banco de Inglaterra aumentó este jueves en 50.000 millones de libras (60.000 millones de euros) su programa de compra de activos para reactivar la economía británica, que totaliza 325.000 millones de libras (388.000 millones de euros).

Paralelamente, el banco emisor decidió mantener en el mínimo histórico del 0,5 % los tipos de interés en el país, en un renovado intento por incentivar la demanda y la concesión de préstamos bancarios ante el riesgo de una nueva recesión.

Tras su reunión mensual de dos días, el Comité de Política Monetaria explicó que había decidido ampliar el programa de estímulo económico porque, aunque ha mejorado la evolución de la economía del Reino Unido, "se mantiene la preocupación" por los niveles de deuda en la zona del euro, principal mercado exportador de este país. El sector empresarial aplaudió la medida al valorar que "aumentará la confianza" en la economía británica.

La última vez que el banco aumentó la dotación de su programa de compra de activos, conocido como de "alivio cuantitativo", fue el pasado octubre, cuando añadió 75.000 millones de libras (90.000 millones de euros) hasta un total de 275.000 millones de libras (328.000 millones de euros).

En el programa de "alivio cuantitativo", introducido en 2009, el Banco de Inglaterra emite electrónicamente dinero que utiliza para comprar activos financieros sobre todo públicos, como bonos del Estado, o privados, a fin de inyectar dinero a la economía.

La compra de esos activos a bancos y aseguradoras permite aumentar las reservas de estas entidades, lo que debería incentivar la concesión de créditos a las empresas, algo que hasta ahora no se ha logrado con la reducción de los tipos a su mínimo histórico.

El riesgo de inyectar más dinero nuevo a la economía es que, al potenciarse la demanda, podría repuntar la inflación, que actualmente se sitúa en el Reino Unido en el 4,2 por ciento, muy por encima del objetivo oficial del 2 por ciento. Sin embargo, el Banco de Inglaterra trabaja sobre la base de que la inflación se reducirá a medio plazo y a la larga caerá por debajo de ese porcentaje.

Los analistas han incrementado sus advertencias sobre una posible segunda recesión en 2011 en el Reino Unido -tras la primera de 2008- ante los datos que apuntan a que se estancará el crecimiento. El producto interior bruto (PIB) británico creció solo un 0,2 por ciento en el último trimestre de 2011, lo que hace temer un retroceso en los próximos meses.

Sin embargo, algunas estadísticas difundidas hoy, como el aumento del 0,8 por ciento de la producción manufacturera del país en los últimos tres meses del año pasado, así como una reducción del 60 por ciento del déficit de la balanza comercial en noviembre, dan motivos para el optimismo.

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