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Merkel acepta bonos para proyectos en los países del sur de Europa

Los líderes europeos cierran su encuentro en Bruselas sin llegar a demasiados acuerdos. Todo queda pendiente de la cumbre de junio.

El partido sigue abierto en Bruselas. La cena entre presidentes de Gobierno y jefes de Estado no ha aportado demasiadas novedades. Habrá que esperar a la próxima cumbre, a finales del mes de junio, para saber si Europa sigue, como hasta ahora, los pasos marcados por Angela Merkel o se decanta por el canto de sirena del gasto público y los eurobonos que propugna el nuevo actor de la escena, Francois Hollande.

Este miércoles, ya de madrugada, los mensajes de los líderes que han comparecido ante los medios han sido los habituales: hay que caminar hacia una mayor unidad, ningún país debe salir del euro, hay que cumplir los planes de austeridad y compaginarlos con el crecimiento económico. Esto puede significar cualquier cosa, dentro de un mes habrá una nueva cumbre en la que habrá que concretar más. Mientras, la lucha (negociaciones lo llaman ellos) entre bambalinas continuará.

Lo que más han querido destacar los líderes europeos es una propuesta en la que todos ellos coinciden en la necesidad de pasar a "una nueva etapa" de mayor integración en la unión monetaria. Eso sí, será en junio cuando se pacten las líneas maestras que marquen el camino a esta reforma. Vamos, que dentro de un mes se establecerá la hoja de ruta de cómo en un futuro se llegará a esa deseada (supuestamente) integración económica y monetaria.

La alemana y el francés

Angela Merkel, la figura clave de este tira y afloja, ha aceptado conceder algunas migajas a los países del sur de Europa en forma de bonos para financiar proyectos en los países más necesitados (Italia, España, Grecia y Portugal). Este dinero iría destinado a infraestructuras clave y se canalizarán a través del Banco Europeo de Inversiones.

Por su parte, François Hollande se mostró a favor de que el fondo permanente o Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), en vinculación con el Banco Central Europeo (BCE), pueda servir para recapitalizar los bancos que precisen de ayuda en la UE. "Lo que he querido es que haya nuevos instrumentos que puedan ser propuestos, como los eurobonos, la tasa a las transacciones financieras, el mecanismo europeo de solidaridad, para recapitalizar los bancos", indicó el nuevo presidente galo. 

Durao y Van Rompuy

Por su parte, José Manuel Durao Barroso, presidente de la Comisión Europea, y Hermman Van Rompuy, del Consejo, han sido los primeros en comparecer ante los medios. Como es habitual, ninguno se ha salido del camino marcado por la diplomacia comunitaria. En el tema más espinoso, Grecia y su posible salida del euro, Van Rompuy ha instado al país heleno a que, tras las nuevas elecciones del próximo 17 de junio, continúe con las reformas, ya que es la única manera de garantizar un futuro próspero para la zona del euro. "Continuar con las reformas y reforzar sus instituciones es la mejor garantía para un futuro próspero". "Queremos que Grecia siga en el euro respetando sus compromisos", insistió.

Y en el manido debate entre crecimiento desde la austeridad (Merkel) y crecimiento con más gasto público (Hollande), tampoco se han mojado demasiado. Van Rompuy ha asegurado que "sin unas cuentas públicas saneadas, no puede haber crecimiento sostenible". Eso sí, a continuación ha adelantado que "a corto plazo", la UE se va a poner a desarrollar políticas de estímulo (más gasto), tanto para "financiar inversiones como para reforzar la creación de empleo".

La única medida concreta que ha anunciado es que el Consejo de Administración del Banco Europeo de Inversiones (BEI) verá ampliado su capital para financiar proyectos en toda la Unión. Ésta era la única concesión de Alemania y se daba por supuesto que no habría problemas en aprobarla. Respecto a los fondos estructurales para el crecimiento o la tasa financiera, todo queda pendiente para junio.

De lo demás, Van Rompuy ha asegurado que se ha debatido casi todo: "fortalecer la unión económica para acompasarla con la monetaria, eurobonos, supervisión bancaria mas integrada, régimen común de garantía de depósitos,...". Pero no se ha llegado a casi ninguna conclusión. De hecho, Barroso ha querido destacar que en junio no se va a presentar "un plan completo" para reforzar la Unión, sino que se informará del método que se seguirá para lograr este objetivo. A partir de ahí, llegará "el trabajo real", el de los acuerdos que ahora mismo parecen muy lejanos, aunque para el portugués se trata de un proceso que tendrá profundas repercusiones en todo el continente.

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