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Un tema delicado

En pareja: ¿qué productos financieros elegimos?

Dinero y amor no tienen el porqué estar reñidos, si la comunicación es sincera y fluida.

Cuando uno vive en pareja debe afrontar una serie de exigencias y responsabilidades nuevas, lo que antes organizaba de manera individual, ahora tendrá que gestionarse entre dos. Uno de los temas más delicados son las finanzas. El dinero no tiene por qué ser un problema si se plantea de manera organizada un plan de ahorro y financiero a corto, medio y largo plazo.

Es importante pactar y coordinar adecuadamente las finanzas de ambos, ya que es lamentable que por no hablar abiertamente de dinero, acabe éste afectando al amor y cordialidad de la pareja. Dinero y amor no tienen el porqué estar reñidos, si la comunicación es sincera y fluida.

Ahorros y gastos en pareja

Una buena planificación financiera asegurará, no sólo el éxito de los ahorros comunes, sino la manera de enfrentarse con más éxito a los gastos imprevistos y otros acontecimientos que puedan poner en juego la estabilidad de la economía familiar.

Antes de entrar en detalles acerca de qué productos financieros son los más aconsejables, debemos sentarnos frente a frente y mediante una comunicación abierta y clara, hablar de dinero de manera natural, para saber si, además de existir compatibilidad de caracteres, existe una compatibilidad financiera, ya que se trata de ir a la par en la búsqueda de unas metas comunes que bien pueden ser el ahorro para un viaje o cómo afrontar el gasto de un coche, u organizar los gastos que supone la cuota mensual de una hipoteca. Aunque estas decisiones no impliquen que ambos miembros de la pareja conserven un espacio propio para las finanzas personales.

En cuanto al aspecto legal, el régimen económico del matrimonio regula aquellos derechos y obligaciones de los cónyuges en relación con los bienes de los que se disponía antes de casarse y los que se disponen en pareja. Elegir bienes gananciales o separación de bienes, tendrán consecuencias en determinados momentos de la vida familiar, por lo que es importante analizar cada opción de manera sensata.

Parece que todo es más fácil cuando se atraviesa una época de bonanza, en la que la única preocupación puede ser la de controlar un determinado ahorro, para seguir manteniendo un nivel de vida. Habrá que aunar fuerzas entre ambos para tomar decisiones en los momentos difíciles, cuando sea necesario realizar una recomposición financiera y, quizá recurrir al crédito.

Productos bancarios en pareja

Existen algunos productos bancarios que tarde o temprano serán necesarios para la consecución de los objetivos financieros:

  • Cuenta bancaria: abierto a nombre de dos titulares, pueden presentarse de dos maneras diferentes: cuenta bancaria: en la que sólo será necesaria la firma de un titular para efectuar retirada de efectivo. Ambos tendrán decisión sobre el dinero, por lo que es conveniente que antes se hayan puesto de acuerdo para poder hacer una gestión eficiente del dinero y administrar los gastos. En caso de no llegar a un acuerdo, la mejor opción es la cuenta mancomunada, en la que ambos tendrán que firmar para retirar dinero en efectivo. En todo caso que la cuenta sea indistinta no significa que se regale el dinero al otro, ya que la propiedad sigue siendo la que es.
  • Crédito bancario y préstamos hipotecarios: ante la necesidad de financiación no quedará más remedio que solicitar un crédito o un préstamo. Teniendo claro cómo se va a hacer frente al mismo y los ingresos necesarios para asumir su coste, no debería haber problema. Pero hay que tener en cuenta que la hipoteca será un nexo de unión difícil de disolver. Muchas parejas separadas, todavía se mantienen unidas (incluso bajo el mismo techo), para hacer frente a una hipoteca. Este tipo de decisión hay que tomarlo siempre poniéndose en el peor escenario: que se rompa la pareja y siga la deuda; hay que ir con cuidado, por ejemplo, con los avalistas que aportamos, a los que afectaría la ruptura sin tener culpa de nada.
  • Seguros: con la vida en común también llegan estos productos: seguros de hogar o seguros de salud. Si un miembro de la pareja ya contaba con un seguro anteriormente, será fundamental revisar bien las pólizas para asegurarse de que las coberturas se adecúan a sus nuevas circunstancias personales.

Vivir en pareja tiene muchas ventajas económicas, aparte de las emocionales; se ponen en común ingresos y gastos y se consiguen importantes sinergias.

Sin embargo hay importantes riesgos si no queda bien claro el aspecto económico. Debemos ser capaces de ponernos en el peor de los casos y acordarlo todo en base a esta indeseada situación. No se trata de ser desconfiados, sino de evitar problemas a ambos (y a terceros) si el amor se acaba.

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