Aunque muchos españoles identifican Silicon Valley como un lugar en el que lanzar una empresa es fácil, lo cierto es que los obstáculos regulatorios que presenta este condado de California están empezando a convertirse en un problema. Dan Dascalescu, ex de Yahoo, forma parte de Blueseed, un original proyecto empresarial que aspira a solucionar parte de estas dificultades de forma creativa. Dascalescu se ha entrevistado en exclusiva con Libre Mercado para explicar al público español su interesante propuesta.
Pregunta (P): Defina en pocas palabras el proyecto Blueseed.
Respuesta (R): Blueseed es una comunidad para emprendedores, con la peculiaridad de que estará ubicada en un barco con capacidad para 1.000 personas. ¿Por qué en altamar? La motivación es salirnos de la jurisdicción estadounidense y así hacer las cosas más fáciles a los nuevos empresarios. En EEUU no existe un visado para empresarios y esto complica que extranjeros como yo podamos llegar y lanzar rápidamente nuestra propia compañía.
Por eso pensamos en esta idea. ¿Qué tal si establecemos la sede en un buque frente a la costa de San Francisco? La ley estipula que, a partir de 12 millas náuticas, la embarcación ya no está en jurisdicción estadounidense. Desde ese punto, la distancia a tierra es de 30 minutos.
P: Lejos de haber sido recibido con escepticismo, su proyecto ha tenido una muy buena acogida.
R: Cuando hemos explicado a nivel internacional en qué consiste Blueseed, muchos emprendedores se han interesado por el proyecto. Cientos de estos posibles miembros son estadounidenses, lo cual demuestra que no solamente se trata de escapar de los problemas para obtener un visado de emprendedor: también influye la posibilidad de unirse a una comunidad aceleradora de nuevos proyectos empresariales.
Cuando preguntamos a los aspirantes por sus motivaciones para unirse al proyecto, la importancia que otorgan a este punto es dos veces más alta que la que dan al tema de los visados. Otro factor que también influye es la proximidad a Silicon Valley, punto clave para acceder a financiación y conocer a posibles socios de negocio.
P: ¿De cuántos posibles miembros estamos hablando?
R: Pues durante la primera ronda hemos contado con 1.104 solicitantes vinculados a 336 proyectos empresariales. Hablamos de 64 nacionalidades diferentes. El 25% son estadounidenses y el 9,5% son de la India. También tenemos interés de gente de Gran Bretaña (5,7%), Canadá (4,8%), Australia (4,5%) o la propia España, de la que proceden 12 de los emprendedores interesados, el 3,6% del total.
P: ¿Y qué perfil tienen los interesados?
R: La mayoría se dedica a sectores como las redes sociales, el comercio por internet, el desarrollo de aplicaciones móviles y la tecnología de inteligencia artificial. También hay profesionales de la comunicación, las finanzas, la educación, la publicidad, los deportes, la música... De hecho, buena parte de los proyectos son multidisciplinares.
En términos demográficos, hablamos de gente joven, con menos de 40 años, que tiende a tener ya cierta experiencia en el lanzamiento de start-ups. Muchos aspiran a dar el salto a Silicon Valley porque es ahí donde están las mayores facilidades para encontrar inversores y capital. Para conseguirlo, confían en que unirse a Blueseed les permitirá rodearse de gente con talento, ayudando a lanzar sus iniciativas de forma más efectiva y sin trabas.
P: ¿En qué punto está el proyecto? ¿Cuándo saldrá a flote esta iniciativa?
R: Pues acabamos de cerrar nuestra primera ronda de financiación. Entre los inversores que se han unido al proyecto están Mike Maples, de Floodgate, Trevor Kienzle, de Correlation Ventures, o Xu Xiaoping y Wang Qiang, de ZhenFund. Nuestra expectativa es seguir trabajando para conseguir la financiación necesaria y empezar a funcionar a lo largo del primer trimestre de 2014.
P: Evidentemente, también hará falta un gran trabajo de ingeniería...
R: Claro. Hemos tenido que hacer muchos estudios sobre diferentes aspectos. Necesitamos desarrollar un buque resistente y preparado. Estamos desarrollando mecanismos de estabilización para evitar que la plataforma se mueva excesivamente. Y, por supuesto, necesitamos asegurar la provisión de alimentos, el servicio de electricidad, la recepción de internet...
P: Es curioso ver el enorme esfuerzo de imaginación que supone Blueseed. Desde fuera de EEUU es difícil entender que hasta en Silicon Valley haya dificultades para lanzar una empresa.
R: En lo tocante a los visados de trabajo, el problema es que apenas ha habido cambios sustanciales desde los años 50. De hecho, aquellas reglas estaban pensadas para grandes industrias que poco tienen que ver con la economía del siglo XXI. Además, el ritmo de crecimiento de estas nuevas industrias es tan acelerado que el número de licenciados universitarios titulados en ingeniería o informática se está quedando corto.
A menudo se habla de la política migratoria pensando en el Sur del país o los problemas de seguridad, pero este debate también debe atender a las necesidades empresariales del país. Se han hecho al menos cuatro propuestas legislativas para crear un visado de emprendedores y ninguna ha salido adelante en el Congreso. Por eso Blueseed es una solución de mercado a este problema. No vamos a hacer lobbying ni a empezar batallas políticas, sino a lanzar esta plataforma como alternativa.
P: En última instancia, muchas de estas start-ups pueden recalar en Silicon Valley con el paso del tiempo.
R: Así es. Los mecanismos legales son más sencillos una vez ya se ha puesto en marcha el proyecto. Por ejemplo, el visado L-1 permite que los empleados de una empresa internacional establezcan una oficina corporativa en EEUU siempre y cuando su compañía tenga un año o más de vida. Y, como es evidente, cuando estos emprendedores vuelvan a EEUU o a su país podrán generar riqueza y empleo. A veces se olvida que grandes empresas tecnológicas como Google nacieron en ámbitos muy pequeños, pero hoy emplean a miles de personas.
P: ¿Y no le preocupa que acusen a Blueseed de crear un marco laboral paralelo?
R: Quienes intenten decir que en nuestro proyecto podrían darse situaciones de explotación o algo por el estilo olvidan que estamos hablando de un sector en el que la mano de obra está tremendamente cualificada. Hablamos de emprendedores con suficiente talento y oportunidades como para someterse a unas condiciones que no consideren apropiadas.
Además, Blueseed tendrá comunicación total con el resto del mundo, o sea que cualquier problema podrá ser comunicado en tiempo real y sin limitaciones. Por supuesto, nosotros vamos a encargarnos de tener seguridad en el barco y de generar un clima positivo, tanto profesional como socialmente. Necesitamos garantizar el entretenimiento, el descanso y la buena salud de quienes se unan a Blueseed, ésa será una de nuestras tareas.
Por último, hay que recordar que las normas y disposiciones que regulan el trabajo en altamar ya existen desde hace tiempo, dentro de los tratados de la OIT. O sea que, en resumen, no tiene sentido plantear este tipo de críticas. Eso sí: es importante para nosotros tratar este tema para que no haya ningún tipo de rumor o sospecha infundada. A veces hasta nos han preguntado por la piratería, pero, evidentemente, ese problema tiene más que ver con Somalia que con la costa de California...
Pueden leer la segunda parte de la entrevista haciendo click aquí. Pueden seguir a Diego Sánchez de la Cruz en Twitter haciendo click aquí.