"Bankia tiene una gran oportunidad para ser sensible con el Valencia CF y con los valencianistas". Así intentaba convencer el vicepresidente de la Generalidad valenciana, José Císcar, a la entidad española para que se olvidase de la solicitud de que fuera su propio gobierno el que asumiese el préstamo 81 millones del Valencia CF.
Y es que todo apuntaba a que la Generalidad se convertiría en el máximo accionista del club en 2013, pero este lunes la justicia ha dado una nueva vuelta de tuerca al proceso. El Valencia CF no se transformará en una empresa pública porque el juzgado de lo contencioso-administrativo número 3 de Valencia ha anulado el aval del Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) a la fundación del Valencia CF para comprar las acciones del club.
Con esta sentencia el gobierno valenciano queda liberado del aval. Eso sí, el Gobierno regional no se libró en 2012 de abonar los intereses del préstamo de 81 millones pendientes de pago que alcanzaron la friolera de 4,8 millones de euros.
La otra consecuencia de la sentencia es que Bankia pasa a ser de facto la nueva dueña del Valencia, según Las Provincias. Debido a que el Gobierno ya no ejerce de avalista tendrá que ser Bankia la que ejecute las garantías (que son las acciones de la fundación y que representan el 70% de la propiedad). Mientras tanto, el deseo de encontrar un inversor que solucione los problemas de unos y otros está más presente que nunca.
Císcar lo tenía claro: la Generalidad iba a abonar la mínima cantidad del préstamo. Preguntado el viernes por la petición de Bankia para que la Generalidad pagase los 81 millones del Valencia, el vicepresidente reconocía que la entidad se lo pidió, pero que la Generalidad "dijo que no". "La primera opción de Bankia era que se pagase todo por parte de la Generalidad y nos opusimos radicalmente. Nos opusimos entonces y nos oponemos ahora", dijo.
Sobre si el Valencia CF tendrá que devolver los 4,8 millones este año para que no le generen deuda al Gobierno valenciano, Císcar ha dicho que "no necesariamente tiene que ingresarlo este ejercicio y ha asegurado que lo que se generaría sería 4,8 centésimas de deuda".
Pero ese no es el único problema financiero que asola al Valencia. De manera paralela, su presidente, Manuel Llorente, tiene que llegar urgentemente a un acuerdo con Bankia antes del 26 de marzo por los 200 millones de euros que tiene que devolver su club. Al final va a resultar que si Bankia se convierte en el dueño del club, se deberá a sí mismo una cantidad importante de millones.