La conducción autónoma ha dejado de ser el futuro y tanto empresas automovilísticas como tecnológicas compiten por ser el número uno del sector. El mundo del coche autónomo se ha convertido en el objetivo de algunas de las empresas más importantes del mundo, que se han lanzado a la compra de startups con gran potencial de crecimiento en este ámbito.
La última en hacerlo ha sido Intel, que ha adquirido una empresa con sede en Israel por una cantidad desorbitada. Se trata de Mobileye y se ha convertido en la mayor compra de la historia del sector tecnológico israelí, informa Haaretz. Esta operación no hace más que confirmar que empresas tecnológicas, fabricantes automovilísticos y otros proveedores, han comenzado una carrera hacia el liderazgo de la conducción autónoma.
Mobileye, que tenía un valor de mercado de 10.500 millones de dólares antes de que salieran a la luz las negociaciones con Intel, ha terminado vendiéndose por 15.300 millones. Un importe superior al que barajaban algunos medios, que situaban la horquilla entre los 14.000 y 15.000 millones de dólares.
La empresa israelí se fundó en Jerusalén en 1999 y Amnon Shashua, cofundador, presidente y director de tecnología, se hará cargo de esta nueva etapa. Mobileye, entre otros productos, fabrica software y hardware para vehículos autónomos, una tecnología que ya han utilizado otros gigantes del sector como Google, Apple y Tesla. Con esta adquisición, la empresa americana se introduce de lleno en el sector de la automoción.
"Esta adquisición une los ojos del coche autónomo con el cerebro inteligente que actualmente conduce el coche", señalaba Brian Krzanich, CEO de Intel. La compañía estadounidense, que es el mayor fabricante de circuitos integrados del mundo, no tenía presencia en el mercado del automóvil por lo que es una operación de la que esperan grandes beneficios. Sin embargo, no es la primera vez que se dan negociaciones de este tipo, ya que el pasado mes de julio BMW, Intel y Mobileye firmaron un acuerdo para comercializar coches autónomos en 2021.
No obstante, no son las únicas empresas que quieren introducirse en el mercado automovilístico. Es el caso de Qualcomm, que suministra chips para smartphones y es competidora directa de Intel, que el pasado octubre adquirió la compañía de semiconductores NXP por 47.000 millones de dólares. Una adquisición que podría llevar a la empresa a ser referente en el mercado de procesadores, superando a Intel.
La clave para liderar la conducción autónoma
Tanto el desarrollo como las pruebas de vehículos autónomos pueden ser etapas complicadas para las compañías, que deben lidiar con fallos emergentes y con la tecnología del propio automóvil. Por ejemplo, Nissan ha tenido dificultades con la navegación durante las pruebas de su coche autónomo en Londres, ya que no respondía bien ante algunas rotondas y giros.
Este tipo de problemas son muy comunes y empresas como Didi ChuXing les hicieron frente creando un laboratorio de investigación en Silicon Valley para mejorar su tecnología y acceder a más profesionales. La empresa va más allá de un mercado único y apuesta por aumentar su presencia en otros países para desarrollar su tecnología, acceder a nuevos profesionales, como científicos e ingenieros, y probar sus coches en diferentes escenarios. Una opción por la que están apostando otros grandes del sector como Uber y Volvo, que prueban sus coches en varios países del mundo.
Según un estudio de Business Insider, gracias al rápido crecimiento de la tecnología los coches autónomos circularán por las carreteras estadounidenses en 2018 y las leyes se están adaptando a los cambios que esto conlleva.