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José T. Raga

Etiquetismo trasnochado

¿Alguien ha visto algún país gobernado prolongadamente por la izquierda en el que el pueblo viva holgadamente?

Se trata de una nueva forma de gobernar. Quizá en algún momento acabe conformando un nuevo partido político, pues está demostrado que para ponerse a la tarea de la fundación no se precisan ideas, ni siquiera coherencia y armonía entre sus componentes y, menos aún, entre los dichos y los hechos.

Imagínense la proliferación de partidos, partiditos y subpartidos que son antisistema. Confluyen, eso sí, en un punto: quieren vivir del sistema al que pretenden destruir. Todos ellos son anti, porque ninguno imagina un pro.

¡Qué le vamos a hacer! Todos tienen derecho a encontrar una forma de vivir. Y es verdad que el espacio de las ideas es muy restringido y ya está ocupado: derecha, izquierda, centro-derecha, centro-izquierda, extrema derecha, extrema izquierda, derecha radical, izquierda radical…

Parece un recuerdo nostálgico de la yenka, pero no; tómenlo en serio, porque la cosa lo merece. Vivimos una situación alarmante, según la cual quien no tiene nada que decir, o nada que hacer, forma un partido. El viejo principio "mejor cabeza de ratón que cola de león". Como prueba, miren el esperpento independentista catalán. Cada día, partido nuevo.

Hasta a los partidos con más historia se les ve carentes ideas o, peor aún, con ideas irreconciliables; como si cada uno quisiera amoldar el partido a su medida. Por ello lo más recomendable sea prescindir de las ideas y adoptar máximas, estribillos, que vendan bien aunque de nada sirvan.

Los partidos de izquierda, ahora en el poder, recurren a unas etiquetas que han penetrado en la sociedad a sabiendas de su falsedad: las etiquetas, son "el progreso" y "lo social". Estas etiquetas permiten las mayores tropelías en el gobernar. ¿Alguien ha visto algún país gobernado prolongadamente por la izquierda en el que el pueblo viva holgadamente?

¿Acaso vivió holgadamente el pueblo soviético, el cubano, el nicaragüense, el chino, el camboyano…? Sin embargo, todo era social, como también nuestros PSOE, Podemos, PCE… siguen con la misma etiqueta.

Nuestra ministra de Trabajo, señora Valerio, por lo social, quiere contrarreformar la legislación laboral. ¿Qué mejor acción social que el que los trabajadores tengan trabajo? Pero como la etiqueta lo manda, el resultado final no importa.

Por si se le ha olvidado, por lo social, el presidente Zapatero, en su primer año como tal –2005–, comenzó con un 8,71% de paro (1.860.000 parados), que le había dejado José Mª Aznar y, al marchar (2012) dejó en el paro al 25,77% de los trabajadores (6.021.000 parados). Resultado: 4,2 millones más de parados, gracias a lo social.

Engañemos con el etiquetado, porque los electores olvidan, y si no, tampoco importa; ya nos han votado. Recuerde, señora Ministra, que en 2018 los parados fueron 3.300.000 (un 14,55% de los activos); ya veremos el resultado de su contrarreforma social.

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