Euforia en el Gobierno social-comunista. Tras la publicación de los más recientes datos del paro, Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y compañía no caben en sí de gozo. Que el empleo haya mejorado respecto a enero, que siempre es malo por el fin de los contratos navideños –y que en 2020 ha sido especialmente malo– sólo es un espejismo que cualquier político sensato debería contemplar con cautela. Pero no es el caso. Ya se sabe que al doctor Sánchez le encanta atribuirse méritos ajenos o inexistentes.
El secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez Rey, se ha mostrado exultante por los penosos resultados del segundo mes del año. En la rueda de prensa posterior a la publicación de las cifras, el número dos de Yolanda Díaz se atrevió a asegurar que el mercado de trabajo avanza con "pulso firme" y que la evolución del paro es "muy esperanzadora". Además, Pérez, que considera que los empresarios son "una apisonadora de derechos", tuvo la insolencia de cargar contra los "discursos catastrofistas" de los incontables expertos que han osado evidenciar que la desaceleración ha llegado al empleo.
Así, febrero se saldó con 7.806 parados menos respecto a enero, lo que supone el mejor dato desde 2017; pero si se analiza el dato anual, la realidad es bien distinta: en febrero disminuyó el paro en 42.993 personas con respecto al mismo mes de 2019, lo que supone la menor reducción en febrero desde 2013. Un resultado que no es para presumir, porque hace un año febrero terminaba con 181.208 parados menos: cuatro veces más que ahora.
Otra realidad que el Ejecutivo social-comunista se ha esforzado en ocultar es que el dato de afiliación interanual es el peor desde 2014. Si se atiende a la cifra intermensual, como ha hecho de manera trapacera el Gobierno, se constata que el número de afiliados a la Seguridad Social subió en enero en 85.735 personas respecto al mes anterior, el mayor incremento desde 2015. Sin embargo, se trata de un mero dato coyuntural, ya que al analizar el acumulado anual se observa que febrero cerró con 361.757 nuevos afiliados más, la menor cifra en ese mes desde hace seis años. Desde 2014, se registraban más de 500.000 cotizantes todos los meses de febrero… Hasta ahora. ¿Qué se supone que está celebrando el Gobierno de Sánchez?
Y si se atiende a los sectores más vulnerables, las cifras son directamente alarmantes. En el agro, febrero se saldó con 44.507 afiliados menos respecto al mismo período de 2019. De la misma manera, han desaparecido 13.538 afiliados en el régimen de empleo doméstico. La que razón que está expulsando del mercado laboral a los profesionales de las tareas del hogar y del campo no es otra que la subida del salario mínimo hasta los 950 euros: una vez más, aquellos a los que se jactan de proteger las izquierdas están resultando ser las principales víctimas de sus políticas calamitosas.