A pesar de que Deutsche Telekom (DT) continúa en números rojos, los analistas auguran un futuro más bien sonrosado al tercer grupo de telecomunicaciones del mundo. Ya lo hacían antes de la conferencia de prensa de este martes, en la que el presidente del grupo, Ron Sommer, anunció mejores tiempos. En su hábil comparecencia y con vistas al próximo 29 de mayo, cuando se celebrará la asamblea extraordinaria de accionistas, "Herr Telekom" intentó concentrar la atención hacia aquellos sectores de DT con perspectivas de crecimiento.
Sin embargo, la nave que Sommer pilota todavía es frágil. Las enormes inversiones que el grupo realizó el pasado año con la compra de las licencias de UMTS redujeron sus ganancias alarmantemente y provocaron una devaluación de sus acciones del 75% a principios de este año. Queda pendiente también una demanda colectiva interpuesta por un grupo de pequeños accionistas que se consideran estafados en sus inversiones en bienes inmobiliarios del grupo, cuya valoración DT tuvo que corregir a la baja.
Pero las turbulencias prometen amainar, según Sommer, gracias a las excelentes perspectivas del grupo en el sector de telefonía móvil (T-mobil). El proyecto más importante en los que está envuelto el grupo actualmente es la compra de la compañía norteamericana, Voicestream, cuyos últimos trámites se están gestionando estos días. La eliminación de las subvenciones para la adquisición de nuevos clientes en este terreno también ahorrará al grupo 2.400 billones de euros, cantidad invertida en este sector durante el pasado año. Otra de las menciones destinadas a despertar optimismo es la estabilización de los precios en la red de telefonía fija. Y aún hay más. DT espera obtener 5 billones de euros por la comisión de las ventas de la compañía italiana Wind y de las participaciones de la norteamericana Sprint. Además, la venta de la red de televisión por cable a inversores norteamericanos y la de inmuebles podría aportar beneficios entre 5 y 9 billones de euros más.
Con todos estos bombones en el bolsillo, Sommer acudirá a la asamblea de accionistas. Ahora queda por ver si estos, a cambio de tan suculentas delicias, guardarán sus acciones a buen recaudo.
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