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Susana Criado

Iberia, la crisis se agudiza

Iberia es una de las muchas víctimas que han dejado los ataques suicidas contra Estados Unidos del pasado mes de septiembre. Desde aquel día, una larga cadena de eslabones mantiene a los aviones en tierra e impide su despegue en bolsa. Se cerró el tráfico aéreo con lo que las aerolíneas perdieron 10.000 millones de dólares; el pánico a volar hizo que las cancelaciones llegaran al 50% en los días posteriores al atentado; subieron las primas de los seguros, crecieron los gastos en seguridad ...

Un sinfín de consecuencias que han hecho que muchas grandes compañías reduzcan sus previsiones de beneficios para este año; que acometan fuertes reducciones de personal –hasta 140.000 despidos en todo el mundo–; que reduzcan la capacidad de sus vuelos, como Iberia que lo hace en un 10%, y que suban el precio de sus billetes para compensar los menores ingresos que tendrán por la caída de la demanda. La aerolínea que preside Xavier de Irala ha subido sus tarifas en 8 euros, 1.331 pesetas, por trayecto, lo que equivale a 16 euros por billete, ya que la inmensa mayoría de éstos son de ida y vuelta. En Estados Unidos ocurre todo lo contrario. Para incentivar la compra de billetes las compañías utilizan políticas comerciales agresivas. United Airlines, por ejemplo, rebaja en un 50% los billetes business para las reservas hechas con 20 días de adelanto; Continental Airlines rebaja en un 25% el precio de los billetes business para las reservas hechas con 10 días de antelación, y Delta Airlines regala un billete de avión por cada 15.000 millas de vuelos en los trayectos nacionales.

La situación se agrava porque algunas aerolíneas como Swissair están al borde de la quiebra y tienen puesta su esperanza en las ayudas estatales. Se agrava aún más porque el contexto de ralentización económica que vive Europa y por la amenaza de una recesión en Estados Unidos. Todos estos factores han hecho que muchos bancos de negocios como JP Morgan hayan revisado las valoraciones de las aerolíneas en bolsa entre un 40 y un 70%, y que otros como Merrill Lynch estimen pérdidas para el sector de 6.500 millones de dólares este año.

Una cadena de eslabones que golpea de forma insistente en bolsa. Desde el pasado once de septiembre Iberia acumula un recorte del 32%; KLM, Lufthansa y British Airways pierden también más de un 30%, y son las grandes aerolíneas norteamericanas las más penalizadas por la crisis sobrevenida tras los ataques suicidas con aviones a las Torres Gemelas y al Pentágono: US Airways y Continental Airlines caen más de un 60% mientras que United Airlines y Delta Airlnes ceden un 40 y un 30% respectivamente.

A pesar de que el castigo en bolsa ha sido muy importante, no podemos descartar nuevos descensos. La evolución de todos estos valores dependerá de los datos que las compañías vayan facilitando sobre el impacto de la crisis. En el caso de Iberia no podemos descartar números rojos al cierre del ejercicio, aunque dependerá de las medidas que tome su presidente Xavier de Irala para atajar la crisis. De momento ha anunciado un recorte del 10% de la capacidad y un plan de regulación de empleo que afectará al menos a 2.000 empleos. ¿Suficiente? El tiempo lo dirá.

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