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España se lanza a quemar carbón de Indonesia y Kazajistán en plena ola de frío

La crisis energética y la ola de frío alargará la jubilación de la mayor planta de carbón de nuestro país. Se encuentra en La Coruña.

La crisis energética y la ola de frío alargará la jubilación de la mayor planta de carbón de nuestro país. Se encuentra en La Coruña.
Vista de la central de As Pontes (Coruña) | Endesa

La luz sigue sin dar tregua a los consumidores españoles y el precio del megavatio hora suma siete días por encima de la insólita barrera de los 200 euros. En concreto, la electricidad alcanzará este miércoles los 225,70 euros de media, lo que supone el duodécimo máximo histórico en el pool.

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A la escalada continua de los precios energéticos -en nuestro país y en toda Europa-, se le ha unido la llegada de una ola de frío polar para los próximos días en España. Esta bajada de las temperaturas incrementará la demanda energética, lo que no hace más que vaticinar el aumento de las tensiones que pueden producirse a lo largo del próximo invierno para el que queda menos de un mes.

Además de poner de manifiesto las actuales grandes necesidades de energía, este caos también esta generando algunas paradojas. Y es que, mientras que desde Bruselas se ataca a las empresas "contaminantes", por ejemplo, disparado los derechos de emisión de CO2, España se ha tenido que encomendar a una olvidada fuente de energía para poder afrontar el aumento de la demanda y garantizar el suministro: el carbón.

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Vista de As Pontes (Coruña)

As Pontes no se jubila

Así, la central de carbón de As Pontes de García Rodríguez ha vuelto a funcionar desde el lunes. Esta central coruñesa es propiedad de Endesa y su vida útil ya había llegado a su fin... pero la jubilación le ha durado bien poco. Según aseguran fuentes de la compañía a Libre Mercado, la planta ha sido reactivada de forma "excepcional para contribuir al sistema eléctrico".

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Interior de la central

Como ya explicó este periódico, las centrales de carbón están en pleno proceso de cierre en nuestro país. Aunque sigan teniendo capacidad de funcionamiento, la realidad es que permanecen paradas cuando no son rentables, que es casi siempre, debido a los precios del mercado y a los altos costes de los derechos de emisión de CO2, que están por las nubes.

Estos derechos penalizan sobremanera al carbón. En concreto, más del doble que al gas, porque el carbón produce casi una tonelada de CO2 por cada MWh que genera, mientras que el gas produce 450 kg, explican fuentes del mercado. Pero ahora, con un precio del gas por encima de los 90 euros, el atractivo del carbón aumenta.

La central de As Pontes es la central más grande España, ya que tiene una potencia total instalada de 1.400 megavatios. Desde el lunes, sólo se ha activado uno de los cuatro grupos de generadores (350 megavatios de los 30.000 al día que demanda España), "porque sólo dos de ellos cumplen con los requisitos ambientales de emisiones" asegura la compañía, que ha invertido 270 millones de euros para adaptarse a los requisitos ambientales.

Carbón de Indonesia y de Kazajistán

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Operario de la central

Para poder operar, Endesa ha puesto a trabajar en la generación de energía a 140 empleados (70 externos) que tenía dedicados a las labores propias del cierre. También, ha tenido que adquirir más de 100.000 toneladas de carbón al extranjero, en su mayor parte procedente de Indonesia y de Kazajistán, asegura. "Desde que, en 2007, se cerraron las minas de As Pontes el carbón se importa en su mayoría de Indonesia" explican.

La central de As Pontes "lleva dos años parada y sólo ha entrado en escena cuando puede generar energía a un precio competitivo o cuando debe contribuir al sistema, por ejemplo, en altos picos de demanda". Es decir, cuando hay riesgo de falta de suministro. "Si no, el carbón no es rentable", insisten. Por ejemplo, en pleno temporal de Filomena, Endesa activo As Pontes y también reabrió la planta de Carboneras en Almería para cubrir la demanda de La gran nevada.

Aún así, reapertura de la central coruñesa es "algo puntual. Es un espejismo porque la compañía sigue comprometida con su cierre, al igual que el Gobierno con la descarbonización ante Bruselas". De hecho, los objetivos marcados desde Bruselas, no son otros que llegar a las 0 emisiones netas en el año 2050.

Pero ahora, la necesidad apremia y el medioambiente parece haber quedado en un segundo plano o, quizás se ha evidenciado la necesidad de apostar por otras fuentes de energía menos contaminantes, como la nuclear, ya que las renovables no son capaces todavía de abastecer al mercado. De momento, España se lanza a quemar carbón hasta el viernes que viene... como mínimo.

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