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Los productores de leche, al límite: "Se están riendo de nosotros"

Acusan a la industria de quedarse con el dinero de la subida en tienda, al Gobierno de no hacer cumplir la ley y a los sindicatos de su connivencia.

Acusan a la industria de quedarse con el dinero de la subida en tienda, al Gobierno de no hacer cumplir la ley y a los sindicatos de su connivencia.
Manifestación de los productores de leche en Granada | Álex Cámara / Europa Press

Los ganaderos lácteos planean ya un paro de cara a este inicio de año que podría poner en peligro el suministro a supermercados y otras superficies de venta. Son conscientes de que lo que reclaman -que les paguen más por cada litro de leche que producen- puede acabar repercutiendo al cliente final y que, por tanto, su petición es de todo menos popular. Sin embargo, aseguran que ya no pueden más.

"Estamos perdiendo dinero mes a mes y nos estamos arruinando", advierte Roberto López, portavoz de la Plataforma de Ganaderos Lácteos Unidos. Culpan en primer lugar a la industria, a la que acusan de quedarse con el dinero de las subidas que en los últimos meses ha experimentado la leche en tienda, pero también al Gobierno, por no hacer cumplir la Ley de la Cadena Alimentaria, y a los sindicatos que, según López, "cuando gobierna la izquierda parece que creen que hay que perdonarlo todo" y no están haciendo lo que debieran para defenderles.

¿Ha subido el precio de la leche?

"El precio que nos pagan siempre ha sido un precio bajo, rozando los límites de la legalidad, pero este año se ha disparado el coste de las materias primas y los concentrados de pienso de los animales, la electricidad, el diésel… Todo en general ha subido muchísimo -explica apesadumbrado-. Lo que antes nos costaba producir un litro de leche en torno a los 32 o 33 céntimos de euro por litro, ahora se nos ha ido a 41 céntimos y estamos perdiendo un montón de dinero".

El ejemplo más claro es probablemente el de la luz. "En el mes de octubre del año 2020 pagamos 756 euros de luz. En octubre del 21 hemos pagado 1.529. Como comprenderás, la diferencia va a nuestra cuenta de resultados", lamenta López, que asegura no entender "cómo el Gobierno dice que vamos a pagar lo mismo que en 2018".

A esta realidad, se suma otra no menos inquietante. Según este ganadero gallego, el precio de la leche en los supermercados se ha incrementado en los últimos meses "entre 6 y 10 céntimos". Sin embargo, a ellos no se les ha trasladado esa subida: "O se queda el dinero la distribución o se lo queda la industria. No lo sabemos, pero a nosotros no nos está llegando y ya no podemos aguantar más esta situación".

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Un grupo de ganaderos se manifiesta frente a la planta de Larsa

Lo que dice la Ley

Precisamente por eso, reclaman al Gobierno que intervenga de inmediato. Y no porque quieran un trato de favor, sino porque "hay una Ley de la Cadena Alimentaria que dice que no se puede pagar por debajo de los costes de producción". A su juicio, que el Ejecutivo no la haga cumplir es inaudito. "Hay una Ley de Tráfico que dice que no se puede circular a más de tal velocidad y, si lo superas, tienes una sanción, ¿no? Pues aquí tendría que pasar lo mismo", insiste López.

Sin embargo, lamentan que el ministro de Agricultura, Luis Planas, "no tenga tiempo de reunirse con los ganaderos" y denuncian que la única respuesta que, hasta el momento, han recibido del Ejecutivo es que "hay que esperar seis meses más para ver la evolución de los mercados".

Abocados al cierre

"Sinceramente, creemos que se están riendo de nosotros… ¿No están viendo la evolución de estos años? -se pregunta indignado-. Tenemos un observatorio lácteo y muchas armas para saber reamente los precios del mercado y no tenemos que esperar seis meses más, porque hoy ya estamos por debajo de las 12.000 explotaciones en toda España, pero dentro de seis meses probablemente estemos por debajo de las 10.000".

Y el riesgo a que nos exponemos, dice, es más que evidente: "A este paso habrá súper macrogranjas, de esas de las que todo el mundo estamos en contra, pero las pequeñas explotaciones desde luego no podremos seguir produciendo leche". A medida que nos explica la situación, su enfado va en aumento, pero, según defiende, razones no le faltan. "La mayor parte de las granjas hemos tenido que recurrir a créditos personales para no cerrar y que el Gobierno siga de brazos cruzados la verdad es que nos saca un poco de nuestras casillas".

Ante esta situación, el portavoz de la Plataforma de Ganaderos Lácteos Unidos insiste en que lo único que reclaman es empatía. Y no sólo al Ejecutivo. También al conjunto de ciudadanos que temen que esto se traduzca en una subida en la cesta de la compra.

"Nosotros también tenemos familia y, si tenemos que sacar un crédito para no cerrar nuestra granja, no podemos atender a nuestros hijos como debiéramos. Tenemos que estar con lo mínimo e incluso tenemos que recortar en extraescolares y en muchas cosas que los niños deberían de tener, pero que no nos podemos permitir a día de hoy".

La pasividad de los sindicatos

De ahí que también estén indignados con la actitud de los sindicatos, que lejos de hacer suya su lucha, les han pedido "paciencia". Aunque insiste en que es una "opinión personal", lo cierto es que su diagnóstico es compartido por no pocos compañeros: "Cuando gobierna la derecha, los sindicatos están siempre ahí, en la brecha, convocando manifestaciones y demás, pero, cuando gobierna la izquierda, parece que hay que perdonarlo".

Por eso no entiende por qué lo que hicieron con Tejerina, que, según dice, "también hizo un trabajo pésimo" no son capaces de hacerlo ahora con Luis Planas. "Los sindicatos serán muy felices en sus oficinas, pero lo que está claro es que nosotros no podemos seguir arruinándonos".

¿Comprar leche a otros países?

Por otro lado, también llama a reflexionar sobre el modelo de país que queremos. "Tendremos que acabar cerrando todas las granjas y luego vendrá leche de terceros países, como está sucediendo en muchos sitios que no tienen leche y que tienen que comprarla en polvo a Nueva Zelanda y por ahí", advierte López.

A su juicio, esto tiene dos riesgos fundamentalmente. El primero, que esta pérdida de "soberanía" se traduzca en precios más elevados si cabe y en la llegada de productos que no cumplen con los estándares exigidos actualmente. "Es muy bonito vivir en una Europa verde y todo esto del ecologismo y tal, pero lo que no podemos hacer es acabar con el sector primario en Europa y luego comprar productos de Asia, de África o de Sudamérica, que no cumplen ni de lejos ni la mitad de la trazabilidad que se pide aquí, así que habrá que ser consecuente"

El otro peligro al que, según el portavoz de la Plataforma de Ganaderos Lácteos Unidos, nos enfrentamos no es otro que la desaparición del mundo rural. "Abandonaremos el campo, habrá incendios… Y luego, pues nada, seremos todos más felices", ironiza López que, sin embargo, concluye su alegato poniendo sobre la mesa una realidad incontestable: "Si el campo no produce, la ciudad no come"

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