Que la ciudad de Málaga está de moda es algo que no discute nadie. En 2018 aumentó su población en más de 21.000 personas, mientras que en 2019 experimentó un repunte cercano a las 26.000. La tendencia a mejor se ha mantenido en 2020 y 2021, a pesar de la pandemia. Desde hace ya algunos años, pocos niegan que Málaga es la locomotora de la economía andaluza.
Pues bien, el urbanismo malagueño, que hasta ahora permanecía ajeno a este dinamismo, está a punto de vivir un "revolcón" pensado para acomodar el crecimiento de la economía local. Tras años de atasco burocrático, y con los precios de la vivienda al alza, el consistorio de la localidad andaluza ha movido ficha y comunicado una serie de mejoras con las que se espera lograr una importante agilización de los procesos de tramitación de permisos y licencias.
Un estudio elaborado por Foro Regulación Inteligente muestra que el número de viviendas visadas en Málaga ha caído de 45.000 a apenas 5.000 durante los quince últimos años. Si se depura el efecto de la burbuja inmobiliaria, se estima que el umbral de referencia para alcanzar un punto de equilibrio debería situarse entre las 15.000 y las 20.000 viviendas anuales. Por tanto, el ritmo de desarrollos está entre tres y cuatro veces por debajo de lo normal.
No sorprende, pues, que semejante parón se haya traducido en una fuerte caída del stock de vivienda nueva (supone menos del 1% del parque residencial de la ciudad ). De igual modo, tampoco sorprende que el precio por metro cuadrado haya experimentado un salto muy significativo, incrementándose desde los 1.600 hasta los 2.300 euros durante los ocho años anteriores a la pandemia.
En el consistorio han tomado nota de esta situación y han procedido a anunciar una serie de mejoras orientadas a reducir la carga burocrática asociada a los procesos constructivos y el desarrollo de vivienda. Según ha podido saber Libre Mercado, los avances planteados incluyen los siguientes cambios:
1. Implementación de un sistema digital para la tramitación de documentación. Se estima que esta mejora permitirá reducir los tiempos de arranque, al facilitar procesos como la presentación de documentación, el registro del proyecto o el pago de la tasa municipal correspondiente. Lo que antes era cuestión de 30-40 días ahora se podrá realizar en 2-3 jornadas.
2. Ampliación del alcance de las declaraciones responsables. En vez de insistir en la autorización previa, vía licencia, se introduce el control a posteriori para actuaciones más sencillas. Se estima que este nuevo marco aplica a uno de cada cinco expedientes. Por ejemplo, las obras que requieran la instalación de andamios y plataformas o las operaciones de reforma que no modifiquen la estructura de la vivienda se benefician de la mejora.
3. Diseño de un protocolo de colaboración público-privada para la tramitación de los expedientes. Siguiendo el ejemplo del Ayuntamiento de Marbella, se abre la posibilidad de que el Colegio de Arquitectos ofrezca sus recursos humanos y conocimiento al consistorio, en el marco de un convenio que permitirá que los expedientes presentados sean analizados y revisados por esta vía, de manera que lleguen a la mesa de los técnicos municipales con todo preparado para la aprobación, evitando el intercambio de ida y vuelta de papeles, reuniones, etc. Esto podría recortar los tiempos de espera de 6-12 a 1-2 meses.
4. Comunicación online del estatus de cada proyecto. Hasta ahora, los trámites presenciales eran la única manera de avanzar en la tramitación de los expedientes. En adelante, se podrá consultar por vía digital la situación del papeleo, para conocer de forma detallada el estado de tramitación, con el consecuente ahorro en términos de tiempo.
Las mejoras planteadas por el consistorio deberán concretarse a lo largo de 2022, pero pueden suponer una mejora importante para la economía malagueña, que no solo se beneficiaría por la vía del freno a la escalada de precios y la mejora de la oferta de vivienda disponible, sino que también podría recibir la inyección de hasta 14.000 millones de inversión inmobiliaria durante la próxima década, merced al fin del "tapón burocrático".