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Las mentiras de Calviño al descubierto: los gasolineros se endeudan mientras el Gobierno se forra en impuestos

Calviño culpa a las estaciones de servicio de la subida de precios de los combustibles e insinúa que se quedan con la subvención de los 20 céntimos.

Calviño culpa a las estaciones de servicio de la subida de precios de los combustibles e insinúa que se quedan con la subvención de los 20 céntimos.
Nadia Calviño ataca a los gasolineros, que sufren la inflación y se quedan sin margen de beneficio | Archivo

"¡Las gasolineras se están forrando!". ¿Cuántas veces hemos escuchado esta queja en las últimas semanas? Y no es para menos, la inflación se nota especialmente en los carburantes, en el recibo de la luz y del gas y en la cesta de la compra. Pero quizá uno de los consumos que mejor refleja la vertiginosa subida de precios que sufrimos es el combustible.

Fue precisamente el alto precio del diésel el que empujó a una brutal huelga a los transportistas españoles. Una huelga que terminó con una medida intervencionista del Gobierno, la bonificación de 20 céntimos por litro para todos los consumidores en el repostaje de carburante. Esto ha provocado problemas muy importantes para las estaciones de servicio, ya que muchas han tenido que pedir créditos para poder adelantar esa bonificación y ahora se ven ahogadas por los intereses de esos préstamos. Otras desconocen si han aplicado con corrección la medida y todas están viendo cómo la inflación ya se está comiendo esa ventaja de 20 céntimos por litro.

Calviño señala a las estaciones de servicio

En cualquier caso, el Ejecutivo no ha dudado en seguir alimentando la idea de que son las malvadas empresas, y no la inflación, las que están quedándose con la bonificación, merced a una voracidad y avaricia propia de los malvados capitalistas. Ha sido Nadia Calviño. La vicepresidenta ha asegurado que están analizando la posible prórroga de la medida de los 20 céntimos que terminará el 30 de junio. Y fue entonces cuando dijo: "Si vemos que alguna medida hace que se mantengan los precios porque los operadores están absorbiendo la ayuda, no seguiremos con esa ayuda".

Mismo discurso, casi, que se pronunció desde el Ejecutivo cuando los precios de la luz comenzaron a subir de manera indiscriminada y el Gobierno culpó a las eléctricas.

La verdad tras el precio de la gasolina

Pero, ¿es verdad que se están forrando? ¿Quién está aprovechándose de la subida de los precios de los carburantes? Desde luego las estaciones de servicio, no. Algunas grandes, como Repsol, están sirviendo cada litro "casi a pérdidas" como confesó su presidente Antonio Brufau la pasada semana. Fuentes del sector añaden que grandes distribuidoras tienen sus estaciones de servicio vendiendo a pérdidas en los acuerdos con colectivos de mayor consumo como profesionales o transportistas.

Otras fuentes recuerdan a Libre Mercado que el modelo de negocio de las estaciones de servicio es un modelo "a volumen". El margen de beneficio que queda a la estación de servicio por cada litro vendido es mínimo.

¿Qué factores influyen en el precio?

A menudo nos preguntamos por qué el precio de la gasolina o del gasóleo sube cuando lo hace el precio del barril de petróleo pero no baja cuando éste también baja. Lo primero que habría que decir es que la influencia que el precio de la cotización del petróleo Brent o West Texas en la conformación de los precios del litro de gasolina o gasóleo en el surtidor es muy limitado, casi residual. Lo que más influye en la conformación de este precio son los costes en los mercados internacionales de la gasolina y el gasóleo (que se compran y se venden en estos mercados mayoristas, mercados distintos al del petróleo).

Durante el último año, estos precios se han disparado y después de que se decidiera cortar la compra de estos bienes a Rusia (uno de los proveedores más cercanos y con los precios más competitivos) la curva de precios se ha pronunciado.

En el caso del gasóleo, en el último año ha pasado de poco más de 500 dólares/tonelada en mayo de 2021 a 1.300 dólares/tonelada en mayo de 2022 con un pico de 1.560 en marzo. Esto supone una subida de precios en el último año de un 200%.

En el caso de la gasolina ha sucedido algo parecido. En marzo de 2021 cotizaba en el entorno de los 550 dólares/tonelada, mientras que un año después, en febrero de 2022 estaba en el entorno de los 900 dólares/tonelada. Desde entonces, el pico de marzo y un rally alcista que le ha llevado a superar los 1.500 dólares/tonelada.

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Costes del refino y tensiones en los mercados

Esta escalada de precios en los mercados internacionales no se entienden sin otras dos variables. Por un lado la escalada de precios que han sufrido los costes de refino y que rondan el último año el 100%, y los cuellos de botella y tensiones en los mercados internacionales que se han traducido en una incremento de los precios. Por último, los precios en los mercados mayoristas de gasolina y gasóleo cotizan en dólares, con lo que también afecta la tasa de conversión a euros.

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Además tenemos que contemplar los costes de producción, distribución y comercialización, donde se incluyen los márgenes del mayorista y el minorista.

El precio también se ve afectado por los impuestos y otros costes asociados, como el mantenimiento de las reservas estratégicas y la aportación al Fondo Nacional de Eficiencia Energética. En España, los combustibles líquidos derivados del petróleo están gravados con dos impuestos: el IVA y el Impuesto Especial de los Hidrocarburos (IEH).

¿Cómo se completa la factura?

Ahora, veamos cómo se distribuye una factura tipo en la gasolinera. La Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos publica un gráfico (que vemos en la siguiente imagen) que explica el reparto de costes en cada depósito de gasolina vendido en una estación de servicio a precios de febrero.

De cada 50 euros en gasolina vendido en una estación de servicio el reparto es el siguiente:

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Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos

Con estos datos encima de la mesa parece complicado culpar a las estaciones de servicio de la subida de los precios de los carburantes, pero para el Ejecutivo parece ser lo más sencillo. Lo que está claro es que aquel que fija su beneficio en el porcentaje del consumo final del carburante es el que más beneficio está obteniendo de la subida de precios y ese no es otro que el Estado a través de Hacienda y sus ingresos en impuestos. El Estado recaudó en 2021 un total de 11.492 millones de euros, un 11,3% más que en 2020 (que se situó en los 10,326 millones).

En cuanto al impuesto de hidrocarburos, el año pasado el reparto de 10.507,3 millones de euros recaudados hasta noviembre de 2021, con un 66% que fue a parar a las comunidades autónomas (6.927,5 millones), el 33% al Estado (3.471,3 millones) y un 1% a entidades locales (108,4 millones).

Y los gasolineros endeudándose

Libre Mercado se ha puesto en contacto con Juan Camacho, socio de mercantil de Balms Abogados, quien ha trasladado el sentir de muchos clientes que ya se han quejado de que la famosa bonificación de los 20 céntimos está poniendo en riesgo la viabilidad de estas compañías. La mayoría de las pequeñas gasolineras han tenido que pedir líneas de crédito para poder adelantar esos 20 céntimos por litro a los clientes. Préstamos que hay que pagar con intereses mientras llega la famosa ayuda del Gobierno, que en muchos casos todavía no se ha recibido. Además, gran parte de estas estaciones de servicio confiesan no tener adaptado el sistema informático para poder ofrecer la prestación de forma correcta y "algunas son incapaces de dar una factura porque su sistema no se lo permite", nos cuentan fuentes del sector.

Compañías como Petroprix, la mayor operadora independiente de carburante sin franquicia, ha adelantado 8 millones de euros en bonificaciones. Para financiar este descuento, la compañía ha tenido que contratar diversas líneas de crédito con entidades financieras, de modo que tienen que desembolsar unos intereses que no previstos por el Gobierno. Por eso, urge la necesidad de ampliar el importe máximo de 2 millones que transfiere la Agencia Tributaria.

La respuesta del Gobierno ya está servida: la culpa es de los gasolineros que están "absorbiendo" los 20 céntimos en el precio.

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