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¿Por qué los bares están llenos si la economía va tan mal?

En épocas de crisis, los consumidores compran artículos asequibles y que les satisfacen. Es la teoría del pintalabios rojo. ¿Está pasando?

En épocas de crisis, los consumidores compran artículos asequibles y que les satisfacen. Es la teoría del pintalabios rojo. ¿Está pasando?
Una terraza en el barrio de La Latina (Madrid) | Alamy

- Buenos días, quería una mesa para comer mañana sábado. Somos tres.

-¿Mañana? imposible. Lo tenemos todo completo hasta la semana que viene

Quizá esta conversación le haya resultado familiar últimamente. Quizá también le ha ocurrido que mira a su alrededor y los bares y restaurantes por los que pasa -o a los que acude- están a rebosar de clientela. Mientras tanto, lee la prensa, y la mayoría de los indicadores económicos son negativos. Algo no cuadra.

De las últimas macromagnitudes en salir a la luz, y de las más preocupantes, es el frenazo del PIB del primer trimestre del año. La economía española paró en seco su crecimiento de enero a marzo y apenas repuntó un 0,3%, según el INE. El dato se distancia sobremanera del crecimiento del 2,2% registrado en el cierre del año pasado y alarga todavía más la salida de España de la crisis derivada de la pandemia en contraste con nuestros vecinos europeos. Así, nuestro país será el territorio que más tardará en recuperar la riqueza perdida por el coronavirus. Todo apunta a que lo logrará en 2023, pero hay muchas dudas sobre a qué altura del año lo conseguirá

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Entonces, ¿la economía va mal y aun así los españoles se han lanzado a consumir como locos todo tipo de productos como aparenta la gran afluencia de los establecimientos de restauración? Ni mucho menos. De hecho, la variable que ha lastrado al PIB del primer trimestre es, precisamente, el consumo de los hogares de nuestros país.

En concreto, este indicador se hundió un 3,7% en el primer trimestre del año, frente al crecimiento del 1,5% que registró en el último trimestre de 2021. Se trata de la primera tasa negativa del gasto de las familias desde el segundo trimestre, cuando el consumo repuntó casi un 5%.

La razón de esta grave contracción del consumo no es otra que el aumento desorbitado de los precios -el IPC rozó en marzo niveles insólitos del 10%-. Entonces, si vemos que el consumo se está desangrando, ¿lo de que hay mucha gente en los bares es solo una percepción? ¿mera casualidad? ¿son solo los locales que usted tiene cerca los que están atestados de gente? Tampoco. Lo que está pasando es que la inflación está estrangulando el poder adquisitivo de las familias de nuestro país y estas, ya han comenzado a reducir gastos, pero ni en los bares ni en el ocio se están apretando el cinturón.

Los buenos resultados de la hostelería

La siguiente tabla muestra los elementos que forman la macromagnitud del PIB en la que está incluido tanto el consumo de los hogares, como el de las administraciones públicas, y también otros elementos como la evolución de los diferentes sectores productivos de la economía española. En este sentido, frente a la caída de la agricultura o la industria, el sector servicios sube ligeramente, y dentro del mismo, las actividades recreativas lideran las subidas, seguidas por el inmobiliario y... la hostelería.

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Seguimos. Otra variable que muestra el éxito hostelero frente al declive de otros sectores es el Indicador de Actividad del Sector Servicios. El último publicado hace referencia al mes de febrero y revela que la cifra de negocios aumentó un 6,1% respecto a enero. De nuevo, es la buena marcha de la hostelería la que impulsa a este indicador: lideró las subidas (13,9%).

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¿A qué se debe esta ‘época dorada’ de los bares?

Pero ya si comparamos los datos de la hostelería en febrero de 2022 con los de febrero de 2021, el resultado no tiene parangón: el negocio de bares y restaurante se disparó un 133,2%. No hay duda de que en febrero de 2021 la hostelería todavía sufría grandes restricciones en buena parte de España por el coronavirus, pero también es igual de cierto que otras de las actividades de la siguiente tabla tampoco podían operar con normalidad y no han experimentado resultados de tres dígitos como la hostelería. ¿Por qué están viviendo los bares esta época dorada mientras los precios de la luz, el gas, la gasolina o los alimentos disparan sus propios costes y están asfixiando las finanzas de los hogares?

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Vaya por delante que ni Libre Mercado ni cualquier otro medio que lo afirme tiene la capacidad de explicar las razones por las que cada cliente decide específicamente acudir a un bar en plena tormenta inflacionista. El objetivo de este artículo es averiguar si a la hostelería le está yendo tan bien como parece -ya hemos visto que sí- y, también, plantear algunas hipótesis que puedan darnos una pista sobre cuál es la razón del éxito hostelero. Veamos.

  • Los nuevos locos años 20: no ha pasado ni un mes desde que el Gobierno eliminase las mascarillas en los interiores. Esto significa que los españoles han pasado más de dos años acatando severas restricciones del Estado, en muchos casos, completamente desproporcionadas. El encierro en los domicilios y la clausura del ocio callejero fueron de las medidas más traumáticas para los ciudadanos, que estarían intentando recuperar en los establecimientos el tiempo que los políticos les arrebataron y hasta aprovechar la libertad devuelta ante la posibilidad de que lleguen próximos cerrojazos. En este factor de consumo psicológico también influiría la necesidad de la interacción social perdida, que tiene en los bares en mejor de los campos de cultivo. La teoría de que el fin de la pandemia traería una época que recordara a los locos años 20 ha sido comentada por muchos expertos en la materia.
  • Ahorro embalsado: la pandemia trajo consigo unos niveles históricos de ahorro en las familias españolas (el llamado ahorro embalsado) que se cifró en unos 50.000 millones en 2020 gracias a la ausencia de gastos tan recurrentes en los ciudadanos como el ocio o el turismo. Ahora, los hogares podrían estar usando sus ahorros para mantener sus niveles de consumo, por eso, disponen de liquidez para ir a los bares. Sin embargo, la situación no durará siempre porque, a su vez, la inflación se está comiendo ese sobreahorro familiar. Funcas estima una pérdida de poder adquisitivo en los hogares de hasta 16.700 millones de euros solo en 2022 por la escalada de los precios.
  • La teoría del pintalabios rojo: decía Leonard Lauder, presidente de la marca de cosméticos de lujo Estée Lauder, que cuando se disparan las ventas de pintalabios de color rojo, se aproximaba una crisis económica. Y no le faltaba razón. Esta teoría dice que en épocas de crisis los consumidores compran artículos más baratos y los sustituyen por otros más caros (una caña en lugar de cambiar la televisión), pero que les hacen sentir muy bien al realizar un desembolso que tiene menos impacto en sus finanzas. Es un pequeño capricho asumible.
  • Turismo: el turismo muestra ya signos de una potente recuperación a medida que se levantan la restricciones a los viajes internacionales. Sin ir más lejos, España recibió en marzo cuatro millones de visitantes extranjeros, un 720,5% más que los 491.000 del mismo mes del año pasado. Según los datos más recientes del Instituto Nacional de Estadística (INE), el sector logra casi el 70% de los niveles previos a la crisis sanitaria, cuando llegaron 14,2 millones de visitantes entre enero y marzo de 2019. Y todavía falta por conocer los datos de una Semana Santa que ha sido especialmente potente. Así, muchos de los clientes que regentan los bares son turistas.

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