El líder del Gobierno ha confirmado que el decreto para hacer frente a las consecuencias económicas de la guerra de Ucrania Pedro Sánchez se había guardado un as bajo la manga tras el batacazo del PSOE en las elecciones de Andalucía. El presidente del Gobierno intentó tapar esta semana la debacle electoral de su candidato Juan Espadas anticipando en el Congreso una rebaja del IVA de la luz del 10% al 5% que se aprueba este sábado.
El anuncio se produce en pleno fiasco de la "excepción ibérica", el gran logro con el que el Ejecutivo pensaba rebajar el recibo de la luz de los asfixiados consumidores españoles. Hace casi tres meses que Sánchez anunció a bombo y platillo la medida, pero su fracaso ha sido de tal calibre, que ni con su puesta en marcha (el 14 de junio) está consiguiendo disminuir mínimamente la factura.
El motivo es que la fórmula que han ideado Sánchez y Teresa Ribera para intervenir el precio del gas (que a su vez repercute en la luz) endosándole la diferencia al usuario, de momento, no funciona. Tal ha sido este despropósito energético, que cuando ayer viernes se cumplieron diez días de su entrada en vigor, el recibo sólo ha logrado bajar en una ocasión de los nada desdeñables 214 euros el mw/h, que tuvieron que abonar los clientes por la luz justo antes de su puesta en marcha.
Ahora, en pleno pinchazo de la herramienta milagro de Sánchez, y aunque cualquier alivio fiscal para el ciudadano que aprueben los políticos siempre es bien recibido, hay que tener en cuenta que la rebaja del IVA al 5% también tiene letra pequeña.
Llega tarde
El Gobierno ha incluido la rebaja del IVA dentro del paquete "para hacer frente a las consecuencias económicas de la guerra de Ucrania", pero es necesario insistir en que la luz lleva descontrolada hace más de un año, mucho antes de que Putin comenzara a invadir ningún territorio. En concreto, la factura eléctrica comenzó a copar los titulares de la prensa en plena borrasca Filomena, en enero de 2021, y desde entonces, no ha dejado de subir mientras el Gobierno miraba para otro lado. De hecho, no fue hasta junio de 2021 cuando Sánchez se decidió a rebajar el IVA de este bien básico del 21% al actual 10%.
Es temporal y Hacienda va haciendo caja
Por tanto, el Gobierno lleva justo un año sin rebajar los impuestos a la luz para alivio de Hacienda. Tanto es así, que según ha calculado el PP, los españoles se habrían ahorrado unos 200 millones de euros si la bajada al 5% se hubiera adoptado hace tres meses, cuando Alberto Núñez Feijóo la planteó.
Además, tanto la bajada al 10% como la nueva del 5% tienen carácter temporal (esta última, hasta septiembre), por lo que el Gobierno tiene intención de volver a incrementar su fiscalidad al 21% en cuanto sea posible.
No es para todos
Tal y como ocurrió con la rebaja al 10%, la bajada del impuesto afectará tanto a los consumidores con tarifa regulada, o PVPC, como a los que tienen contratos en el mercado liberalizado. Eso sí, afectará a todos los consumidores con potencia contratada hasta 10 kW (los que tengan más, que suelen ser los que residen en grandes viviendas, tampoco), y siempre que el precio medio mensual del mercado mayorista de la electricidad esté por encima de los 45 euros por MWh.
Por tanto, esta medida beneficiará a la mayoría de los consumidores domésticos, pero no a las empresas ni a "la mayoría" de autónomos, según viene denunciando ATA. La versión que Hacienda otorga a Libre Mercado es que "beneficiará a más del 70% de las empresas y autónomos".
Se niega a tocar el IVA del gas
Otro bien básico al que el Gobierno se niega a bajar los impuestos es el gas. De hecho, el gas es uno de los escasos suministros básicos de los hogares de nuestro país que mantienen todavía el IVA en un tipo del 21%, frente al agua o la electricidad, con un 10%. Además del IVA, el gas está gravado con el Impuesto Especial de Hidrocarburos, que también afecta a la gasolina o el gasóleo, aunque cada uno tiene diferentes tipos impositivos. El Ejecutivo tampoco alivia esta vez su fiscalidad, que es muy lucrativa para Hacienda.