La compañía de moda textil low cost Shein no está atravesando sus mejores meses. Y es que, según indica el medio especializado Bloomberg, su valoración ha caído un 30% desde el mes de abril. Si bien hace cuatro meses la compañía estaba valorada en 100.000 millones de dólares (98.490 millones de euros), ahora, todo apunta a que la valoración estaría en los 70.000 millones (68.940 millones de euros).
Esta información se desprende de algunos accionistas privados de la compañía, ya que la empresa asiática no cotiza en bolsa. Sin embargo, aquellos que están buscando ahora vender sus títulos se están encontrando con un importante descuento en su valoración. Los motivos, al parecer, serían esa posible desaceleración del crecimiento económico chino, pero también la creciente posibilidad de una futura oferta pública inicial de Shein para 2024, el paso que necesitaría para salir a cotizar a los mercados.
Según Bloomberg, tanto la desaceleración del crecimiento, como la posible salida a bolsa y las críticas recibidas por el fuerte impacto ambiental que tiene la producción de Shein habrían sido los tres puntos determinantes en esta caída del 30% en cuatro meses.
En cuanto al aspecto financiero, las ventas de Shein creciendo un 60% en 2021, pero venían de crecer un 250% en 2020. En cifras, pasó de facturar 10.000 millones de dólares (9.800 millones de euros) a 16.000 millones (15.760 millones) en 2021. Unas cifras que hicieron que el gigante textil tuviera mejores valoraciones que compañías como H&M o Inditex.
En la última ronda de recaudación de fondos a principios de este año, Shein aseguró a los inversores asistentes al evento que esperaba protagonizar una salida a bolsa en los EEUU para el año 2024. Esta operación que hace que los inversores privados estén buscando ahora vender sus participaciones antes de que la empresa salga a mercado y su precio pueda caer.
También es cierto que esta caída de Shein está dentro de la actual tendencia de empeoramiento de la confianza de los inversores en los activos tecnológicos a nivel mundial, así como una ofensiva del gobierno chino sobre las principales compañías nacionales del sector.