La automoción es un sector fundamental para la economía española, con una aportación que ronda el 10% del PIB y genera un porcentaje muy similar del total de asalariados del país. Lamentablemente, la agenda del gobierno de PSOE y Podemos no puede estar más alejada de los intereses del sector, puesto que el Ejecutivo sigue volcado en penalizar fiscal y regulatoriamente los vehículos de gasolina y diésel.
No es de sorprender, pues, que las matriculaciones de vehículos acaben de registrar un julio de auténtica pesadilla. De hecho, los datos de ventas de turismos y de todoterrenos se han desplomado al nivel más bajo desde el año 2012, pasando a apenas 73.378 unidades. Así se desprende de los datos comunicados esta misma semana por las asociaciones del ramo, que agrupan a los fabricantes (ANFAC), los concesionarios (FACONAUTO) y los vendedores (GANVAM).
Cuando se desglosan los datos, encontramos que el número de turismos despachados el pasado mes de julio ascendió a 73.378 unidades, una caída del 12,5%, mientras que las ventas de vehículos comerciales ligeros fueron de 11.279 unidades, un 17,9% menos. Solo hubo una mejora en los modelos industriales, que suben un 18,8% pero solo representan 1.842 operaciones, el 2% del total.
Si analizamos los siete primeros meses del año en su conjunto, encontramos que las cifras de actividad han sido tan malas que se ha vendido un 11% menos que durante el mismo periodo del pasado ejercicio. De modo que las cifras son aterradoras, sobre todo porque compararse con el año 2021 no supone fijarse en una buena temporada para el sector, sino en el segundo curso desde el estallido de la pandemia del coronavirus.
Los coches viejos, con igual peso que los nuevos
Hay algo especialmente significativo en las cifras de ventas: el elevado peso que están adquiriendo los vehículos de ocasión. Y es que, como han explicado ANFAC, FACONAUTO y GANVAM, las ventas de turismos y de todoterrenos nuevos en los siete primeros meses del año fueron casi las mismas que las de turismos "de ocasión", con más de quince años de antigüedad.
Desde el sector critican "la inflación desbocada" como un elemento que perjudica gravemente la actividad empresarial. Además, recuerdan que julio ha sido tradicionalmente uno de los mejóreles meses del año para el sector, puesto que familias y empresas solían priorizar estas fechas para renovar sus vehículos. Esa tendencia también se ha roto en este 2022 tan negro para la economía española, asfixiada por la escalada de precios.