La joya de la corona de la rebaja de impuestos impulsada por Donald Trump y aprobada por el Congreso estadounidense en 2017 fue el agresivo recorte del tipo general del Impuesto de Sociedades, que pasó del 35% al 21%. La estrategia seguida por el entonces mandatario consistía en dejar de ser el país desarrollado que más impuestos cobraba a los beneficios empresariales y pasar a un modelo de tributación más moderada para las mercantiles del país.
Además de esta rebaja en el tipo de referencia, Trump también planteó la modificación de las reglas de depreciación, para permitir que las empresas se puedan deducir automática e inmediatamente sus inversiones. Así lo explicó a este diario el célebre economista y experto fiscal Arthur B. Laffer, quien fue uno de los principales arquitectos de la reforma fiscal que luego se terminó aprobando.
En apenas dos años, el efecto de la rebaja fiscal ya era evidente. La inversión empresarial reaccionó muy positivamente al nuevo marco tributario y experimentó un aumento del 9%. Los salarios también aceleraron su crecimiento, con una subida de 5.000 dólares por hogar, confirmando la incidencia directa que tiene este tributo en las rentas de los trabajadores. Por último, la recaudación fiscal obtenida por esta vía no solo no se redujo a corto plazo, sino que subió del 1,4% al 1,7% del PIB, una mejora del 21% consistente con el efecto descrito por la Curva de Laffer.
Efectos de medio plazo
Huelga decir que la pandemia ha hecho estragos en las economías de Occidente, agujereando la cuenta de resultados de millones de empresas. Estados Unidos no ha sido ajeno a esta tendencia y, sin embargo, la cifra de ingresos fiscales registrada en 2021 es prácticamente la misma que la que se había estimado en 2017, antes de la rebaja impositiva.
Así, el Impuesto de Sociedades generó alrededor de 375.000 millones de dólares, igualando lo que anticipaba la Oficina Presupuestario del Congreso bajo un escenario en el que el tipo general fuese del 35% y no existiese la depreciación automática de las inversiones empresariales. De hecho, las estimaciones de dicho organismo oficial partían de que la rebaja fiscal de Trump reduciría los ingresos fiscales en 130.000 millones de dólares, de modo que el comportamiento de la recaudación ha sido muy distinto de lo esperado, ya que no se ha producido prácticamente ningún cambio en lo obtenido, pero con impuestos mucho más bajos y una economía que se beneficia de más inversión y mejores salarios.