Continúan los malos datos de empleo. Según una estadística experimental del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, el mes de agosto hemos sufrido una destrucción de empleo de 187.000 personas. Una tendencia habitual en un mes de agosto, pero que viene a empeorar la situación vivida el pasado mes de julio, cuando se destruyó empleo neto por primera vez en la historia.
Sin embargo, para Escrivá, que estrena estadística y que sigue empeñado en que leamos las cifras de desempleo desde otra óptica, obvia el evidente cambio de tendencia e insiste en que nos fijemos en los datos desestacionalizados que cocina su departamento. Así, el mes de agosto no habría perdido 187.000 empleos, sino que habría registrado un incremento de 65.000.
Es más, Escrivá ha dicho que si quitamos el efecto estacional del mes de agosto, esa destrucción de empleo se traduce en que la creación de empleo "subyacente" es "importante". No contento con su argumento, el ministro Escrivá continuó explicando que si "todos los agostos el empleo cae en torno a un 1%" significa que "uno de cada 100 afiliados deja el mercado de trabajo". Esto supone, sigue Escrivá, la pérdida de unos "unos 250.000 puestos de trabajo para el nivel actual de empleo. Por lo tanto el que hayan dejado el mercado de trabajo 187.000 ajustado a ese elemento que es recurrente, da la sensación de una fortaleza subyacente muy grande", explica.
Poco importa el cambio de tendencia de julio, cuando se destruyeron 7.366 puestos de trabaja, ni las dificultades que atraviesa la industria, o el aluvión de quiebras que se espera con el fin de la moratoria concursal y la morosidad disparada que tenemos para el ministro Escrivá.
La estadística del INE que hemos tenido hasta ahora, sostenida por el cuerpo de estadísticos del Estado no valen al Gobierno. Los datos de afiliación que cada mes recoge la Seguridad Social, o de paro registrado de los Servicios Públicos de Empleo tampoco son bien recibidos por el Gobierno y así, ahora que se produce el cambio de tendencia, el presidente nos pide mirar los datos con otras lentes, la ministra de Economía y vicepresidenta primera, Nadia Calviño introduce otros cálculos del PIB y cambia la presidencia del INE y José Luis Escrivá se saca de la manga estadísticas experimentales en afiliación.
Cuando todavía quedan dos semanas para que termine el mes de agosto, Escrivá trata de vender esta estadística e insistir en lo que ya hizo con los datos de julio, centrarse en "el dato desestacionalizado" que, en este caso, aplica cocina estadística que suaviza la realidad: el mercado de trabajo se ha frenado.
Escrivá insiste: "Tenemos la sensación de una fortaleza subyacente muy grande" en materia de empleo. Sin embargo, preguntado por previsiones futuras para el próximo invierno teniendo en cuenta los datos facilitados este miércoles por su Ministerio, Escrivá ha admitido de que la situación económica internacional es incierta y "es muy difícil hacer previsiones".
En cuanto a las estadísticas que tozudamente muestran datos para la preocupación, con la caída de la demanda de energía de la industria, la destrucción de empresas industriales, la morosidad disparada o el frenazo del empleo en un mes de julio por primera vez en la historia, Escrivá recuerda al Zapatero que tachaba de antipatriotas a aquellos que advertían de la crisis financiera que se avecinaba y habla de agoreros: "Los agoreros de las previsiones más pesimistas no tienen un sustentos suficientes. Los datos de la primera quincena de agosto, extrapolados, son positivos y nos dan confianza", ha asegurado.